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miércoles, 22 de agosto de 2018

SE DERRUMBÓ UN PUENTE EN GÉNOVA


Evaristo Fuentes Melián

El puente que—hablando en la jerga canaria— se ‘desgorrifó’ el martes pasado día 14 de agosto, en la ciudad italiana de Génova, tiene (o tenía) una longitud de 1.182 metros, una altura de noventa metros y fue construido durante los años 1963 a 1967. Esta macro infraestructura atravesaba la ciudad genovesa y era paso obligado de un intenso tráfico de vehículos pesados, comunicación entre Italia y otros países limítrofes.

Veamos otro caso: Hace ahora unos treinta años, se consolidó la estructura de un colegio privado, sito  en el casco antiguo de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, Tenerife. La edificación tenía y sigue teniendo tres plantas de altura, pero el hormigón de los pilares ofrecía un deficiente aspecto visual, y al tacto era  como de gofio en polvo… Su construcción se había realizado medio siglo antes, en los años cuarenta del siglo XX.

La dirección técnica de la obra a acometer para el reforzamiento tuvo, en los momentos más difíciles, el consejo y la colaboración inestimable de  dos técnicos especialistas  en cálculo y comportamiento estructural: señores don Juan Jiménez  y don Ramón Álvarez (ambos ya desgraciadamente fallecidos). 

Se tomaron las decisiones más adecuadas para reforzar la estructura, sin tirar un solo elemento antiguo estructural del edificio afectado. Consistió simplemente en fabricar zapatas nuevas adosadas a las existentes, con apoyo en dados de hormigón y placas de anclaje de estructura metálica, en que se apoyaban a su vez los pilares metálicos, adosados a los antiguos de hormigón deteriorado. De esta manera se reforzó toda la estructura vertical del edificio, y los forjados horizontales de pisos también se reforzaron con una capa nueva de hormigón armado con una cuadrícula de hierro en redondos. Al mismo tiempo, se añadió un forjado sobre la solera de la cimentación, aislándola, con una cámara de aire ventilada perimetralmente con rejillas en las aceras desde el exterior, del frio y humedad consustancial a la temperaturas normales laguneras, donde en invierno el agua mana tan abundante de abajo hacia arriba por el nivel freático, que encharca en ocasiones literalmente los  pavimentos del piso más bajo o del sótano.

Conclusión: son evidentes las diferentes características de una obra como este colegio lagunero, con respecto al puente de Génova, que tiene (o tenía) noventa metros de altura (el edificio Belair, que es el más alto del Puerto de la Cruz, no pasa de los setenta metros de altura). Pero la solución para este puente de Génova hubiera sido similar, con el reforzamiento de su estructura mastodóntica, con una estructura nueva adosada reforzando a los elementos antiguos, solución que tenía que haberse llevado a cabo inmediatamente, en cuanto prestigiosos ingenieros y arquitectos detectaron y avisaron del estado comatoso o semi ruinoso, que presentaba técnicamente en algunas zonas el referido puente  de la ciudad de Génova (Italia).

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