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sábado, 18 de agosto de 2018

TRAS LAS HUELLAS DE HUMBOLDT


Javier Lima Estévez. Presidente de la ACH

Alexander Von Humboldt (1769-1859) representa la trayectoria de un ser de conocimiento universal. Para analizar más y mejor su contribución se acaba de publicar un libro bajo el título Humboldt de Berlín a Berlín, por el Teide y el Chimborazo. Un nuevo trabajo del ingeniero de montes orotavense Isidoro Sánchez García. Su autor, también ha sido el responsable de otros trabajos de investigación, destacando especialmente aquellos que realizó junto a su hermano Eduardo Sánchez García, ingeniero de profesión que tristemente nos dejó esta semana y cuyo recuerdo estará siempre presente por su carácter afable y cordialidad exquisita.

Isidoro se propone en esta obra reflejar la influencia de Humboldt en su vida y, lo cierto, es que consigue materializar ese objetivo en un amplio resultado publicado por Le Canarien Ediciones. Ya desde las primeras líneas se muestra la vinculación entre Isidoro y Humboldt; una relación que supera ya los cincuenta años. La obra también nace por el deseo de contribuir a la conmemoración -el próximo año 2019- de los 250 años del nacimiento del ser que proyectó la imagen de Canarias al exterior como nunca antes se había hecho.

El trabajo se estructura en cinco capítulos. Unas palabras iniciales a modo de presentación ya muestran de forma evidente la implicación del autor con Humboldt. A ello le sigue el prólogo del profesor alemán Thomas Heyd, el cual también se hace partícipe de la admiración y vinculación al ser considerado como padre de la Geografía Moderna.

La introducción establece el contexto para conocer mejor al ilustre prusiano, uniendo aspectos sobre antecedentes geográficos, los viajes de Humboldt y su presencia en Canarias rumbo a América.

El capítulo uno, profusamente ilustrado, constituye una aproximación al estado de la Ilustración para comprender las coordenadas temporales en las que vivió Humboldt, con apartados en los que se trata características muy generales sobre la Ilustración en Europa y Madrid. Además, se añaden documentos relacionados con pasaporte, cartas y pliegos, extractos de pasajes y gastos. El capítulo también combina una síntesis de los días que permaneció en Canarias y la ruta que realizó.

El capítulo dos aporta datos respecto a la estancia y etapa en América entre 1799 a 1804 y la actuación política del propio Isidoro respecto a la relación de Canarias con América a través de la figura de Humboldt. Circunstancia que materializaría durante su etapa como diputado en el Parlamento Europeo. De esa forma aproxima al lector ante la llegada y labor del prusiano a Venezuela, Cuba, Colombia y Ecuador. Su experiencia y conocimiento al respecto se materializa a lo largo de las páginas, anotando como especial la expedición del equipo de Humboldt en el ascenso al Chimborazo. De su vinculación describe con especial atención el año 2001 y los proyectos que se desarrollaron al respecto, así como los motivos que llevaron a Manuel Méndez y el propio Isidoro Sánchez a visitar el país y conocer el volcán Chimborazo, analizando y viviendo en primera persona el legado de Humboldt.

El capítulo tres incluye los años de 1805 a 1859 con breves referencias a Humboldt en Rusia y homenajes a su persona tras su muerte.

El capítulo cuatro lleva por título “El siglo XX en Canarias”. Se trata de un apartado en el que incluye datos relacionados con el impacto y conocimiento de Humboldt en Canarias a través de los registros hemerográficos. El gran trabajo que realizaron diversas instituciones en 1999 no podía quedar a un lado, incluyendo los actos que recordaron el bicentenario del paso de Humboldt por Canarias. 

El capítulo cinco se adentra en el siglo XXI y las acciones que desde Canarias se han realizado durante el nuevo milenio para seguir recordando a Humboldt, recogiendo el trabajo realizado por la Universidad de Verano de Adeje, la creación de la Cátedra Alejandro de Humboldt, publicación de libros, fundación de la Asociación Cultural Humboldt (ACH) en 2008, actividades en la RSEAPT, la Asociación Cultural Pinolere, entre otras instituciones donde, como muy define Isidoro, se ha reflejado “el espíritu de Humboldt que permanece flotando en las nubes de las Islas Canarias”.

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