José Peraza Hernández
Reciente, he
visto publicados unas líneas, del amigo realejero, Miguel
Ángel Pérez Padilla,
quien lleva su página “Los
Realejos. Historia, costumbres y tradiciones”. Quien hace mención a la Cruz de
hierro liso, con su adorno con dos tres bolas en la cabeza y en cada brazo, la
que fue incrustada, en la coma del rico de la mar, conocido por el “Guindaste y la entrada a la
Laja”. Visto
su mención, cosa que respeto, y quiero yó, hablar sobre él recuerdo de mi
época. Esté lugar, se podía ir por la bajada
a la Ermita de San pedro, por una ladera, cercana a la Chozas de San
Pedro, como también podía irse a la derecha, donde podías ir a la Plaza del
Socorro. Donde era un niño, se podía ir de un lado, a otro. Por sus callados y
piedras, y viceversa, del Guindaste a la Playa ya manifestada. ¿Qué tiempos,
aquellos?
El que pasara el
charco, tenía que conocerlo, cómo, saber muy bien nadar, y el que pasaba el
charco, pasando la entrada, para ir a la roca conocida por la Laja, tenía que
saber bien nadar como saber cortar las corriente, era muy peligro.
En esta zona del
Guindaste, había unas cuevas, donde por las circunstancia que fuese en aquéllos
años, tenían varias personas, esas cuevas, donde resguardaban sus lanchas, como
sus neceseres.
En éste lugar, tan encantador, con sus aguas trasparente, cómo brillantes, también venían muchas familias, con sus hijos, traían las comidas los domingo cómo los festivos. Se hacían las caseta entre las rocas, colocando a los más pequeños, baja de las misma, las que eran forradas con sabanas. Que bellos tiempos, recuerdo que los vecinos venias desde el Realejo alto, las Toscas de romero, como otros lugares cercanos, los que venían caminando, bajando por el camino, llamado Las Cañitas, las Tenerías, unos tomaban el camino de Siete Fuente, los que llegaban a la carretera general, tomado la carretera general en dirección al barrio de San Vicente, y desde aquí, a la ermita de San Pedro, y, otros a la Playa del Socorro. Otros de los llenazos eran por la fiesta de San Vicente, como por la Fiesta de San Pedro.
Pasamos hacer
mención a la Cruz de hierro. No cabe duda qué, en los años de mi niñez, chicha
cruz estaba entera, es verdad, que el salitre del mar, se come todo lo que esté
cerca a la mar.
Como dice el amigo José Antonio Pérez
Siverio, no cabe duda, que para algunas cosas, el tiempo pasa, como la brisa, a
fecha de hoy 16 de agosto de 2021, hace 35 años, de la colocación de la actual
Cruz del Charco del Guindaste, en sustitución de una anterior. Fue colocada por
su padre, con la ayuda de José Antonio Pérez, aunque él sólo tenía 12 años. El
16 de agosto de 1986.
Se cree que la cruz se puso por primera
vez a raíz del desgraciado accidente que causó la muerte de un vecino de la
zona, llamado Vicente Hernández Siverio, el 29 de junio de 1910 (Día de San
Pedro).
De esta forma, va quedando historia,
para posteriores generaciones.
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