José Peraza Hernández
El
interés, de escribir sobre mí maestro en aquel tiempo del colegio de San
Sebastián. Es qué, recordaba, que había fallecido en el mes de agosto. Por lo
qué, me preguntaron si sabía la fecha. Es más me llevo a indagar, y de esta
manera, como podrán comprobar, nadie más a escrito sobre él, y sus escritura no
está cerrada, todos fue en esos años.
Creo
que, para cerrar está capitulo, es con la fecha de su defunción, siendo el día
23 de agosto de 2001. De esta manera, puedo decir que, para mí, con esta fecha
se cierra una gran historia. Con los mencionado datos de el trascurso de su
vida, quien fue sepultado, en el Campo Santo de este municipio del Realejo
Alto, donde reposan sus restos en el Cementerio de San Agustín de Los Realejos.
Nace
en el Barrio de la Cruz Santa (Realejo Alto) el 10 de agosto de 1914, siendo
sus padres don Domingo Luis González y doña Isabel Esterada González. Después
de terminar los primeros estudios de
bachiller en el colegio de San Isidro de La Villa de la Orotava con los
Hermanos de las Escuelas Cristianas de la Salle, se residencia en la ciudad
universitaria de La Laguna para estudiar
Perito Agrícola en la escuela
politécnica.
Carrera que no pudo culminar debido a la prematura muerte de su padre, para hacerse cargo de las labores agrícolas de su familia en el popular Barrio del entonces Realejo Alto, La Cruz Santa.
Al
estallar la Guerra Incivil española, ingresa como voluntario como alférez
provisional en el cuerpo de Artillería del ejército de la zona nacional,
después de la graduación se casa con la dama del entonces Realejo Bajo
concretamente del Barrio de La Concepción. Fruto del matrimonio tiene tres
hijos.
Terminada
la guerra incivil española y se hace Maestro Nacional, pero comienza la II
Guerra Mundial donde tiene que intervenir durante tres años. Al finalizar
solicita la vacante de la Escuela Nº 1 de Realejo Bajo y se la conceden.
En
marzo de 1949 lo nombraron alcalde del Realejo Bajo, cesando en 1950.
El
Cabildo toma las riendas de la unión de los dos municipios de los Realejos en el año 1953 y principios del año 1954,
correspondiéndole al entonces Gobernador Civil Provincial representado por el
entonces alcalde de La Villa de La Orotava don Juan Guardia Doñate, nombrar el
Alcalde y a sus doce concejales.
Don
Domingo Luis Estrada es nombrado de nuevo alcalde, esta vez del recién creado
municipio fruto de la unión de ambos Realejo que se denominó oficialmente
“Villa de Los Realejos”.
Después
de hacer una serie de proyectos por los distintos barrios, sobre todo en la
nueva carretera dorsal de entrada al Realejo Alto paralela a la calle Real en
su Barrio de la Cruz Santa, carreteras, locutorios depósitos de agua, etc. cesa
como alcalde a petición propia ya que había pedido traslado como maestro
nacional a Santa Cruz de Tenerife, petición que se le concede el 30 de
septiembre de 1966, después de presidir el ayuntamiento de la Villa de Los
Realejos durante 16 largos años.
Don Domingo Luis Estrada tengo grandes recuerdos, y agradecidos estamos de él, estamos, no podemos olvidar como últimamente ha podido comprobar, que, gracias a este magnífico realejo, la tan querida imagen de la Virgen del Carmen, tiene hoy su Santuario entre las muchas cosas que hizo por este pueblo.
Últimamente
he oído decir que algunos pusieron una piedra para que la Virgen del Carmen,
tenga hoy su Santuario. Se olvidan con tanta facilidad que fue don Domingo Luis
Estrada, el que a través de “regiones desbastadas” y con la amistad que le unía
al ministro palmero Sr. Blas Pérez, que pudo construir este santuario.
Decía
José Manuel Plasencia, quién formó ese grupo de cinco personas que como todos
recordaran hemos visto en varias fotos. Y entre otras cosas dijo: “si hay dos
personas que se merecen un “busto de oro” es don Domingo Luis Estrada, y Doña
Carmen Siverio Pérez, recientemente fallecida.
El acta de la primera piedra del Santuario, fue en el Pontifical Celebrado en este Santuario al cumplirse el “XXV Aniversario de su Bendición” ante la presencia de Obispo don Damián Iguesen. Hay fotografías que lo confirman, al secretario en aquel entonces de la Venerable Hermandad de Ntra. Sra. del Carmen.
Don
Domingo Luis Estada, como el bien decía, nunca jamás cobró un céntimo. Lo mismo
digo de don Elpidio Hernández Toste. Otro junto con Santiago Luis García, que
hicieron de tripas corazón.
Sirva
estas breves líneas para recordar, tanta gente que desinteresadamente han
trabajado por convertir a Los Realejos en una ciudad digna y respetable, como
no podía ser de otra manera.
De esta manera, queda cerrada esta historia, con el nacimiento, su historia y su descanso en paz.
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