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martes, 25 de julio de 2023

UNA DESPEDIDA NUNCA ES AGRADABLE

José Peraza Hernández

En el buen sentido de la palabra, siempre es mejor un recibimiento, una llegada. Es algo mucho más agradable por diversas razones. Un recibimiento es sinónimo de felicidad, es recibir una ausencia, de estar fuera, personas que hace tiempo que no ves, es, en definitiva, momento de alegría. La despedida, hay que decir que no es tan agradable, todas o casi todas son muy desagradables. Hay una que es la más y muy fuerte y que no debería existir nunca. Esta es la peor. 

En los tiempos que corren, el tiempo vuela. Hace ya unas semanas me encontré con una persona que se encontraba fuera, desde hacía muchos años, nuestro contacto era únicamente a través de las redes sociales. Pero claro, hay que decir que una llegada en muy agradable, un recibimiento, es felicidad.

Esto me pasó con el amigo Manuel Hernández Ferrer, que nos vivos en el muelle de esta ciudad portuense, un hombre abierto, bromista, una persona de gran corazón. Hablo del conocido compositor, de cientos de canciones, muchos de ustedes las habrán oído. Hablo del amigo Manuel Hernández (conocido por “El Volquete”), y también las habrán oído de la voz de nuestro amigo y conocidos cantante “Arturo Castillo”.

Estuve en varias ocasiones con él, sucediéndose muchas bromas, donde estaba casi todas las mañanas con sus amigos de la infancia. Y muchos otros, lo habían oído nombrar, y lo saludaban. Pero sigo diciendo que más vale un recibimiento que una despedida. También, se dice que, hay un punto de llegada y un punto final. Que al final, de igual forma, es una despedida. 

En algunos momentos nos encontramos también con el amigo Javier Lima Estévez, persona amigo de ambos, quien también ha escrito en diferentes medios sobre el amigo Manuel y que, además, ha tenido como nosotros contacto con él por las redes sociales, etc.

Llega el momento de la despedida y esa se produjo en el Realejo de Arriba. Allí quedamos para que el amigo Manuel se despidiera de su compadre (del que también hemos escrito en alguna ocasión) José Antonio Mesa, conocido por “El Curita”. Allí se encontraba Manuel su esposa Silvia Acosta Ramos, el amigo Javier y el que suscribe estas líneas. Momento de encuentro, de charla, recordatorios y, en definitiva, momentos de felicidad. Pero llegó el momento de ese abrazo entre los compadres. Luego, el resto nos despedimos por fuera del hotel. Algo más suave, ligero. Sin embargo, como dice el dicho, la vida sigue. Esperemos que todo siga bien y que se pueda producir un nuevo regreso y estancia entre nosotros.

De esta manera me despido de este matrimonio, Manuel y Silvia, que son los más retirados de nosotros. Sin embargo, seguiremos el contacto por redes sociales, manteniendo ese vínculo de amistad entre ambas orillas y llevando a ambos el amor y cariño que profesan por Canarias.

Abrazos, besos y me despido con mis mejores deseos

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