Isidoro Sánchez
Girar parece que no le cuesta nada al presidente del gobierno
de España, Pedro Sánchez. Lo ve todo fácil y hasta sencillo, pero no se da
cuenta de los efectos y secuelas políticas que pueda tener. En el mismo
gobierno que preside, en el pueblo saharaui afectado, en los países vecinos y
en algunas comunidades españolas como la de Canarias.
El Sahara occidental es un asunto que viene de años atrás,
principalmente desde la etapa en que España lo consideró como la provincia 53
pero el Acuerdo Tripartito de Madrid parece que lo ignoran algunos implicados
en el asunto. Allí España repartió el territorio sahariano entre Marruecos y
Mauritania, lo que ocasionó enfrentamientos bélicos con el pueblo saharaui que
nos ha llevado a conocer la posición de la ONU respecto a lo que hizo España
abandonando ilegalmente el Sahara después de la Marcha Verde de 1975 por parte
de Marruecos y asociados. Menos mal que ya se han desclasificado algunos
archivos en países como los Estados Unidos y se pueden comprobar combinaciones
en los años primeros de la década de 1970 entre personajes de España, de los
Estados Unidos y de Marruecos. Particularmente entre Juan Carlos de Borbón por
parte de España, Hassan II por parte del reino de Marruecos y Henry Kissinger
por parte de los Estados Unidos de América.
Por ello no debe extrañar la creación por parte del Frente Polisario de
la RASD en Argelia.
De estos problemas generados principalmente por España, en el
proceso de descolonización del Sahara occidental, estamos viviendo sus
consecuencias durante más de 45 años los que genera disfunciones de diversa
índole. Unas veces políticas, otras sociales y también económicas donde la
inmigración y el terrorismo no están exentos. Basta con repasar los periódicos
publicados desde entonces para entender la situación que se ha vivido por culpa
de la crisis derivada del abandono real del territorio saharaui que nos ha
llevado a enfrentamientos entre grandes y chicos, entre españoles y saharauis,
entre marroquíes y saharauis, entre mauritanos y saharauis, aunque en 1991 se
habló de un alto el fuego entre marroquíes y saharianos. Los países de
occidente se han diversificado a la hora de posicionarse respecto al caso
Sahara occidental donde incluso sus presidentes, que no sus gobiernos, se han
inclinado por una posición no constitucional, ya que la política exterior de
los países la fijan los gobiernos y no los presidentes como fue el caso
español.
Recientemente, en los años de la pandemia de la covid hemos
podido conocer la edición de libros relacionados con el caso Sahara occidental
y la celebración de debates en algunas islas de Canarias. Es lo que hemos
podido apreciar en las jornadas organizadas por la RSEAPT en La Laguna sobre
cuestiones del Sahara. Primero en mayo sobre el derecho de Autodeterminación
del Pueblo saharaui tal como se acordó entre las partes implicadas y las
Naciones Unidas, y de ahí la constitución de la Minurso. Resultó muy
interesantes las exposiciones de juristas, dos mujeres especialistas, una
canaria y otra saharaui, y de profesores universitarios de la ULL. Como lo fue en estos primeros días de junio
la presentación del libro escrito por el juez y profesor, Pascual Ortuño,
editado recientemente contando Aquellos días del Sahara (1973-1975) que nos
hizo recordar los años de El Aiún donde hicieron el servicio militar familiares
y amigos y conocimos los disparates del gobierno español en su última etapa
franquista, sobre todo en materia de concesión de la nacionalidad a la
población saharaui que posteriormente vio perder sus derechos
constitucionales tras la Transición de
1978. La novela de Pascual Ortuño cuenta también los movimientos clandestinos
en algunos soldados del ejército y el impacto en los cuarteles de los
acontecimientos políticos internacionales como el fin de la guerra del Vietnam
o la revolución de los Claveles de Portugal. También en la reciente novela
Ortuño cita a la pareja singular que conformaron una joven china, Sanmao, y el
buzo José Manuel Quero durante su estancia en El Aiún, así como la pareja de
correíllos ‘La Palma’ y su gemelo el ‘Viera y Clavijo’, que unían el Sahara con
las islas Canarias a efectos logísticos.
Un año antes, en 2021, Domingo Gari, profesor de Historia
Contemporánea de la Universidad de La Laguna, escribió el libro ‘Estados Unidos
en la guerra del Sahara Occidental’ y en un poco más de 200 páginas dedicó
cinco capítulos a temas interesantes como Las Espurias razones de la guerra, un
Conflicto de intereses, la Llegada de Carter a la presidencia, la Política
reaganiana en el Sahara occidental y un Balance final.
Lo triste del caso es el giro unipersonal del presidente
Sánchez respecto al Sahara en apoyo de Marruecos que le ha costado la ruptura,
por parte de Argelia, del Tratado de amistad, buena vecindad y cooperación
suscrito en 2002.
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