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viernes, 31 de mayo de 2024

LAMENTABLE EL DÍA DE AYER, EN EL CONGRESO

José Peraza Hernández

Hablamos de educación sobre nuestros hijos, que nuestros hijos, no puedan tener móviles, que hay que hacer una ley, que los padres no educamos bien a nuestros niños, etc.

Lo de ayer fue, vergonzoso cómo lamentable, pero, esto ya bien desde ya hace tiempo, las broncas comienzan desde entes de entrar a clases y continúan en clase y luego en el recreo.

Personas que, se sobre entiende, que son serías respetuosas, educadas, sobre saliente en todo, y hemos visto que son peores que los niños. Personas mayores de edad, casados con hijos, algunos son abuelos. Yo me pregunto, estos que, nos están representándolos a nosotros, son los profesores que nos están dando clase de educación y respeto.

Lamentable pero cierto, y se quedan tan tranquilos. ¿Cuándo nuestros hijos se han portado mal, el profesor le informa al director? Esté, llama a los padres, donde recibimos, un tirón de orejan. Y a estos vamos a llamarlo profesores. ¿Quién los llama para decirles, la gamberrada que hicieron en el día de ayer?

Lo de ayer es “histórica bronca” La que hubo en Colegio, de nombre “Congreso Diputados”. Con el tema de la aprobación de la primera amnistía”. Aquí vale todo. Donde se convirtió en un enfrentamiento de insultos entre unos y otros.

No entro, sí pepito tuvo la razón, o la tuvo Juanito. Voy al hecho, a la forma que lo vieron los canarios, españoles y medio mundo, por no decir, el mundo entero.

Que educación nos dieron ayer a todos los ciudadanos. Que falta de educación. Yo, pediría que fueran suspendidos, una vez se comprueben las cámaras. De entrada, ya sin vacaciones. Y repetir ochocientas veces, cada una de las palabras que insultaron.

Esto, ha sido bochornoso Señores, se han portado peor de lo peor.

Solo decir esto, y me gustaría, que se baje la tensión, que partan desde el respeto y educación. Que den ejemplo. Es que, no quiero seguir por qué. Voy a entrar en su juego. Tenemos que cortar esto ya, hay que cortar los enfrentamientos, cómo en los campos de fútbol. En los colegios etc. Que haya, por delante mucho respeto, mucha educación, y no aplaudir estos actos (...)

Seguro que esto quedará grabado en la memoria del de muchas personas.

jueves, 30 de mayo de 2024

UN REALEJERO AFINCADO EN LA VERA

José Peraza Hernández

Hablamos con el amigo del núcleo de la Cruz Santa del municipio de Los Realejos, nació el día 19 de marzo de 1937, hijos de don Jerónimo y de doña Peregrina a quien le pusieron por nombre Domingo Álvarez León. De este matrimonio hubo un fruto de 17 hijo, donde, realmente se criaron 10, su padre trabaja en el campo.

Su hijo Domingo siendo muy pequeño trabajaba en el campo con su padre, hasta que, un buen día, paso a trabajar en el Molino de Gofio, donde estuco casi dos años. Luego un amigo, le dijo le dijo que estaban buscando gente para trabajar de carpintero en el Realejo, con el maestro Pepe Carroza. Luego le ofrecieron un puesto de trabajo en el mismo oficio con don Alejandro Sanabria, los trabajos duraban un año, o año y medio. Claro, eran tiempo duros, donde había mucha miseria. Se oía, cómo que tenía buenas manos, y trabajaba bien. Cuando me iban llamando me ofrecía unas perras más. Luego lo llamó el empresario, don Domingo conocido por “El Ciego” y don Enrique Rechazo. Luego lo llamarón a trabajar a la carpintería de los hermanos don Isabelino, don Segundo y don Néstor, esté trabajo era en la Villa de La Orotava.

Pasando unos años, paso a trabajar a la carpintería de don Isaac Valencia, me decía que él trabajo en muchos lugares, de gran relieve, cómo fue el Hotel Mencey, grades casas de La Laguna cómo parroquia etc.

Me cuenta que, otra de sus facetas fue que, cuando terminaba de trabajar, iba tres veces a la semana a la academia de la Banda de Música de La Orotava, cosa que le gustaba.

Aquí, le llaman para ir hacer el servicio militar, quien fue destinado a Artillería en el Acuartelamiento de Almeida en Santa Cruz, luego pasó a La Laguna.

Cuando se licencio, quiso trabajar por su cuenta, donde alquilo un local en el barrio de La Vera, precisamente, junto a la “Capilla Cruz del Rayo”, en la misma carreta general, donde su propietario era don Salvador Marrero, quien tenía una “Carbonera”, Me comenta don Domingo Álvarez, que reparo un poco el local, y en la parte trasera, tenía un patío y cuadras, pues lo techos y monto su carpintería. En la fachada colocó un rotulo con el nombre “Muebles Álvarez León”, donde monto su exposición de muebles. El proyecto le iba muy bien. Luego, compró un solar a unos 500 metros, luego fabrico e hizo un gran salón, con el fin de montar su propia carpintería. Posteriormente, hizo su vivienda en la parte superior. Vivienda en la que vive hoy día, donde crio a su familia.

El motivo de dejar la exposición y la carpintería fue porque pasaba un desanche de la autovía. Donde eso, lo compró el ayuntamiento. Luego el Ayuntamiento hizo la capilla que existe hoy día “Cruz del Rayo”.

Me comenta, que tuvo trabajando con él, hasta siete carpinteros. Donde ellos salían de vacaciones, pero él, no salía, cuando ha salido, fue una vez retirado.

Me ha enseñado diversos muebles, donde son una maravilla. Donde acopló. el refrán, “más vale una imagen que mil palabras”.

Preguntamos a don Domingo, cual es la madera que más usaba, para realizar esos bellos muebles. Me dice que, había diversas, pero él, la que más usaba era caoba.

Me cuenta que, nunca le falto trabajos, hacia trabajos para Santa Cruz, para la Península, y también para el extranjero, donde me comenta que hacía diversos modelos de muebles. También me decía que, realizo diversas Exposiciones de Mueles.

Pregunto, los diseños los hacía Uds. Algunos sí, yo le enseñaba algunos, y otros ya lo traían ellos. Él da gracias, Dios, porque trabajo no le faltaba, estaba desbordado. 

Me comenta que, llego el amigo don Pedro González Mesa, Cura del barrio, y por último Manuel Marrero González, esté último, me pidió que le hiciera una “Urna”, para el Seños Yacente. Recordaba que tuvo que contratar más gente, y se trabajaban fuera de horas, para sacar el trabajo, ya que, tenía la “Semana Santa”, a la vuelta de la esquila. Pregunto quiénes fueron los Escultores y Ebanistas que hicieron lo mencionado, me dice que don Juan Pedro Escobar Hernández y él, Domingo Álvarez León.


Los trabajos que realizaban, cómo fue la base, trono o paso, fue hecha de madrera de caoba, para Nuestra Señora la Virgen de Candelaria patrona de esta Parroquia, la que fue solicitada por el reverendo, don Pedro Gonzales Mesa. La que fue bendecida por el mencionado, por el año 1969. Recodaba que tuvo que ir varias veces, para tomar las medidas, claro, todos era corriendo, el tiempo se iba volando.

Está imagen del Cristo Yacente, es talla completa, de tamaño natural, y mide 1,70 de altura. Dicha imagen fue donada por el matrimonio formado por don Manuel Marrero González y su esposa María África González y González. El que fue solicitado a la Casa Belloso de Valencia.

LA URNA DE MADERA DE CAOBA

También, la Urna fue de madera de caoba, y dona por esté mismo matrimonio, y esculpida por los Escultores y Ebanistas don Juan Pedro Escobar Hernández y don Domingo Álvarez León. Las mismas, fue bendecida estando de párroco don Pedro Gonzales Mesa, por los años 1970.

Hay que hacer mención que los cirujanos fueron los mencionados, Escultores y Ebanistas don Juan Pedro Escobar Hernández. Quien nació 28 de mayo de 1934 y Falleció 22 de abril de 2022, y don Domingo Álvarez León, los que realizaron los trabajos solicitados por dicho matrimonio, don Manuel Marrero González y su esposa doña María África González y González. Tanto de la Urna para el Cristo Yacente y la Base de la Virgen de Candelaria por don Pedro. 

Antes había dicho que, tiene otra faceta, pues estuvo en la Banda de Música de La Orotava. Aprendió a tocar el Saxofón. Pasado unos años, hicieron una Asociación allá por 1988, a la que pusieron el nombre “San José”, quienes eran todos carpinteros, y es el “Patrón de Los Carpinteros”. A fecha de hoy, él es el presidente.


Añado el álbum del ebanista.

Agradecerle a don Domingo Álvarez León, por abrirme sus puertas, por su amabilidad, y su paciencia. De esta manera, quedan estas líneas para la historia, para hoy, cómo para futuras generaciones. Tengo que decir qué, ya le había hecho alguna otra Consulta años atrás.


domingo, 26 de mayo de 2024

CULTURA, LEYENDA, TRADICIÓN Y PORVENIR (Y II)

Publicado porSalvador García Llanos

Unos días, unas semanas, en las que el pueblo se transforma en un escenario de color y algarabía, donde la devoción y la diversión se entrelazan en una danza mágica que nos transporta a tiempos pasados desde el presente y con la atenta y necesaria mirada, siempre, hacia el futuro. Desde el baile de magos a la tradicional Romería, con sus múltiples actos y manifestaciones en espacios como la plaza Viera y Clavijo o la histórica institución en la que nos hallamos: Círculo Viera y Clavijo. Cada celebración es un tributo al espíritu festivo y alegre de nuestra gente.

Por ahí estaría, imaginando diálogos y escenarios, el realejero Antonio Abdo, nacido en plena contienda civil, actor, productor, guionista y poeta, director que fuera de la Escuela Municipal de Teatro de Santa Cruz de La Palma. Abdo es una figura clave de la historia del teatro amateur en Canarias.

Seguro que le encargaría algún papel o una composición musical, alguna producción, vaya, a Manuel Hernández Ferrer, a quien recordamos siempre como Manolín el Volquete quien, desde Venezuela, a diario, evoca y cultiva el costumbrismo de su tierra natal, los barrios y las calles de sus andanzas infantojuveniles. Está pendiente, por cierto, un más que merecido tributo. Hay que hacerlo.

El espíritu festivo y alegre del que hablamos hace un instante lo plasmaron espléndidamente en su libro ‘Fiestas de Mayo de Los Realejos’, los coautores José Manuel y Jonás Hernández Hernández, que definen las celebraciones como “la argamasa de los pueblos. Constituyen el cemento que nos mantiene unidos, alegres y vivos. Nos hacen vivir momentos felices e inolvidables y nos acercan a nuestros vecinos y amigos”. Solo hay que contemplar o participar en la procesión de los marinos, así llamada, del Puerto de la Cruz que transportan su fe y su entusiasmo, contagiando el aire fervoroso y bullanguero, como si aquel trayecto fuera el último.

Un estudioso de este trance religioso, catedrático de instituto, el profesor José Javier Hernández García, hace una atinada descripción que, con la licencia de ustedes, insertamos aquí:

Llegada ya la fecha principal, los portuenses, que llaman cariñosamente, a esta imagen como “la Virgen de secano”, entonan ante la patrona poco antes de organizarse la procesión la Salve Marinera, al mismo tiempo que contemplan, devotos, el rostro espléndido de la escultura dirigiendo repetidamente hacia ella sus brazos como muestra del cariño y respeto que les merece.

Existe, aún hoy, la creencia de que los realejeros colocan bajo las andas piezas de metal que aumentan el peso, para que el movimiento con la imagen no sea tan brusco. Haya cierto o no en el pasado, es éste el motivo por el cual uno de los del Puerto examina, de forma discreta, el interior de la mesa del trono, bajo las cuelgas de damasco. Junto a los cargadores, sus familiares más cercanos acompañan a la imagen por las calles de San Agustín.

En torno a todos ellos surge una sucesión de muestras de afecto, gritos y vivas de exaltación a la Virgen. Dentro de esa atmósfera, mezcla de devoción y alegría, no ha de faltar la petición piadosa dicha con peculiar estilo, en parte serio y en parte humorístico, que es característico en el hombre isleño”.

Es evidente que en la Octava, los marinos -mejor sería decir marineros portuenses pues son muy pocos los que quedan- quieren, de alguna manera, sentir y hacer sentir a los demás que la imagen realejera del Carmen, al menos ese día, es más suya. Los habitantes de Los Realejos han aceptado siempre, con mayor o menor grado de aprobación, estas muestras de fervor que son el ofrecimiento de los hijos del Puerto a su Madre. Al fin y al cabo, tras los fuegos, ella habrá de volver, inequívocamente, a su casa en el Santuario que lleva su nombre en el núcleo realejero de San Agustín”.

El mantenedor llega hasta aquí evocando aquel paso efímero por el colegio San Agustín, pero provechoso en todos los sentidos, curso Preuniversitario 1969-70, dividido en dos modalidades, ciencias y letras. Estrujemos la memoria para evocar a Jaime, el conductor de aquella camioneta que nos recogía en la plaza del Charco y en la que recorríamos los paisajes del valle; a Celo (de Celedonio), bondad personificada en la figura de bedel; las clases de griego y latín, impartidas por doña Orencia Afonso, en las que llegamos a traducir La Odisea y la Ilíada no sin dejar de memorizar algunos pasajes que se resisten a abandonar las neuronas; las de inglés, de Félix Calzadilla; y las hermanas Pérez, con sus respectivos caracteres, esmerándose para que saliéramos de allí con la solvencia indispensable si íbamos a seguir las humanidades y las letras.

Y aquí hacemos un alto porque es a ella a quien queremos dedicar este modesto trabajo, este canto a la idiosincrasia realejera. Compañera de pupitre, de numerosas traducciones y hasta de sana rivalidad para ver quién era más diestro. Siempre la recordaremos de forma gratificante: Milagros Palmero Ramírez, tesonera, constante, diligente y, pasado el tiempo, profesora de varias generaciones de realejeros de ambos sexos, como también servidora pública. Inteligente, humilde, siempre amable, atenta y servicial, hizo gala de su talante ponderado. Ella es una referencia personal de aquel curso inolvidable en el que forjamos la orientación y las inquietudes juveniles que maduraban poco a poco.

Milagros, por cierto, formó parte de aquella iniciativa, un calendario titulado ‘Realejeros con nombre de mujer’, fechada y editada hace tan solo dos años, junto a la emprendedora Bárbara Illada Estévez; la curandera María Dolores Méndez Felipe, “Doña Lola”; la poetisa Carmen Cecilia Fuentes González “Carmely”; la entrenadora de fútbol y ex política Carmen Luisa Salazar Rodríguez; la heredera del Molino Mesa, Miguelina Mesa Alonso; la jugadora internacional de balonmano, Elizabet Chávez Hernández; la matemática Jezabel Curbelo Hernández; la emprendedora Adelina Pérez González; la investigadora y docente, Ana Elia García Pérez; las empresarias y reposteras María Mercedes Rodríguez Fuentes y Paula Hernández Pérez, y la atleta internacional Teresa Linares Hernández. Sirva su ejemplo para distinguir a la mujer realejera de nuestros días.

Unos años después, dedicado al periodismo deportivo, nos tocó relatar en directo en Radio Popular un hito futbolístico: en el último minuto de un encuentro decisivo que se jugaba en ‘Los Príncipes’, un extremo apellidado Estellé anotaba con un disparo raso y seco el gol que catapultaba a Realejos a la categoría superior. La narración fue seguida en toda la isla y hasta desde algunos puntos de la península conectaron y compartieron la alegría colectiva -hasta la euforia- de aquel gol y de aquel ascenso. 

Esta fiesta -retomamos el hilo, ahora que nos acercamos a la conclusión- puede presumir de una creación suya, el Festival de las Islas -alguno de los cuales tuvimos el honor de presentar- que este año, el próximo sábado por la noche, alcanza su cuadragésimo novena edición. Con un elenco de lujo. Agrupación folklórica Hautacuperche (La Gomera), Guayadeque (Gran Canaria), Maxorata (Fuerteventura), Malpaís de La Corona (Lanzarote), parranda Los Toledo (La Graciosa) -sí, somos ocho sobre el mismo mar- agrupaciones Echentive (La Palma), Sabinosa (El Hierro) y Atabara (Tenerife). Suerte y éxito.

Como lo será el de la romería del próximo domingo, en honor a San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza que enriquecerá, como escribió el estudioso y fotógrafo Isidro Felipe Acosta, autor de una de las mejores obras dedicada a ‘Las fiestas tradicionales en el norte de Tenerife’, “este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, y es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana”.

En este ‘Mayo florido’, que así tituló el periodista y escritor tinerfeño Luis Álvarez Cruz, quien fuera presidente del Ateneo de La Laguna, amante de las lindezas del pueblo realejero, nos invita en sus versos:

“Mayo, viejo galán de la florida capa,

¡dame un clavel para prenderlo en mi solapa!

quiero irme de juerga, como un hombre feliz,

del brazo de Juan Ruiz.

Sabía el arcipreste saborear el vino

que le escanciaban en los mesones del camino.

Yo te conozco, mayo: tal vez una quimera

o un fingimiento de la primavera.

Pero eso nada importa, viejo galán pulido,

lo que importa es vivir al borde del olvido

porque el olvido es bueno y el vivir cada día

nos libra, día a día, de la melancolía.

Mayo, viejo galán de la florida capa,

¡prende una de tus frescas rosas en mi solapa!”.

Por eso, en este día tan especial, levantemos nuestras copas y brindemos por Los Realejos, por su historia rica y apasionante, por sus hijos ilustres que han iluminado nuestro camino (y lo siguen haciendo), así como por sus fiestas, que llenan nuestros corazones de alegría y nos recuerdan la belleza de vivir en esta tierra bendita, Los Realejos, municipio de leyenda, cultura y tradición que el gran poeta gomero Pedro García Cabrera glosó exaltando sus valores -hasta el ocho de los caminos- con los que llegamos al final de esta evocación que esperamos haya sido de su agrado, adornado, además, con el respeto con que se nos ha seguido.

“No sé si es uno o son dos,

no sé si es pueblo o castillo,

pero todo guarda un orden

y encuentran siempre su sitio

muros, barrancos, estatuas

y el ocho de los caminos

que desde del mar a la cumbre

se van ciñendo a sí mismos.

Y sé también que mi padre

dio aquí su primer vagido

y que fueron aquí calvario

las cruces de mis amigos.

Cifrado casi en voz baja

en sus adentros metido,

la espalda puede volverte

mas su silencio está vivo.

Es un silencio artesano

que no se asoma al postigo

elaborando sin tregua

sus panales fugitivos

manos de pólvora el hombre,

dedos de mujer los hilos.

Las bordadoras trabajan

-quito y pongo, pongo y quito-

en bastidores de fuentes

los remansos de los ríos,

quemándose las pestañas

partiéndose el alma en vidrios

y agujereando el aire

con puntadas y suspiros.

Y son los calados sienes

bordadas por sus latidos,

diagramas de soledades

que los ojos han escrito

el alba que nunca llega

y los sueños que se han ido.

Bordadme un mantel con panes

que tenga imán de trigo,

aguas que maten la sed,

lumbres con cara de niño.

Bordadme la libertad

en alto como los nidos.

Y vosotros, fogueteros,

en el fiel del equilibrio

entre la vida y la muerte,

que hacéis de la noche mirlos

con trinos de fuego, siempre

a los trapecios subidos

de las ascuas, rubricando

con aves del paraíso

las orgías y el suspense

de los cielos encendidos.

Vosotros que traducís

la oscuridad de los ritmos

con voladores de lágrimas

y cuadraturas de círculos,

desgranadme las espigas

de los cohetes de silbo,

el rostro de las cascadas,

las ruedas de mi albedrío.

Bordan ellas la ternura,

bordan ellos el peligro.

Y hay un temblor en su sangre

de corazones en vilo.

Y ese temblor de tamasma

recuerda a Viera y Clavijo”.

sábado, 25 de mayo de 2024

CULTURA, LEYENDA, TRADICIÓN Y PORVENIR (I)

DE: Salvador García Llanos

Poco mejor que el canto de Samuel Fumero -ya casi convertido en himno popular- para acercarnos al cometido de mantener esta fiesta de arte a cuyos promotores -y a la organización, en general- agradecemos la invitación que, ciertamente, sirve para aproximarnos, integrarnos y evocar aquel tiempo realejero que descansa, con huella indeleble, en el curso Preuniversitario 1969-70 del colegio San Agustín, dirigido entonces por Rafael Yanes Pérez.

El verso de Fumero, en efecto, nos recuerda y nos sugiere que en

“Mayo, colorea una cruz,

la pólvora que el noble pique iluminó,

baja el ganado a reencontrar a su patrón

baila el Realejo en romería, es tradición.

Una bulla recorre las calles

desde el mentidero

a la casa del parral,

las veredas tienen un destino,

todos los balcones se volvieron a mirar.

Piedra a piedra

crece una sorriba,

folía a folía,

se canta un amor.

Mano a mano crece este día

porque sus mimbres somos tú y yo.

Semillero, arcano y guarida,

el suelo que piso se abre como un corazón

al templar la sangre de esta orilla

en que sólo cabe el aire de la devoción.

Vísteme con la ropa encendida

donde mis abuelos acunaron el sudor,

espigas al pecho, enagua viva,

quiero agradecer al agua, al viento y al sol.

Mayo, colorea una cruz

la pólvora que el noble pique iluminó,

baja el ganado a reencontrar a su patrón,

baila el Realejo en romería, es tradición.

Éste es el baile del santo,

el que se bailaba antes,

las costumbres de los viejos

no deben de abandonarse”.

En esta hermosa isla, Tenerife, se alza augusto el municipio de Los Realejos, testigo de un quehacer tan fecundo como sus tierras y de una cultura que perdura en el tiempo como un tesoro invaluable. Ahí queda, para la historia, el legado de tantos hombres y mujeres que han contribuido a toda esa obra forjada al paso de los tiempos y que recibió un 6 de enero de 1955 el regalo de una fusión que unía a sus habitantes, a los de la zona alta y a los de abajo. Desde entonces, un solo escudo: en él está simbolizada la paz firmada por el conquistador Alonso Fernández de Lugo, representado por el Pendón de Castilla y los menceyes guanches, unidos en torno a la añepa adornada con palmas, firmada -decíamos-, según la tradición, el día del Apóstol Santiago y que simboliza la Cruz. Al otro lado, tres castillos con una somera explicación: el inferior representa a la Hacienda de Los Príncipes, que está protegida por los otros dos castillos, el de El Guindaste y La Fajana. La llave representa la apertura de la fortaleza.

Permítannos guiarles durante la tarde/noche de hoy en un viaje a través del tiempo y el espacio, mientras exploramos los recovecos de este lugar emblemático, honrando a aquellos que lo forjaron con su ingenio, valentía y pasión. Son, ya, más de quinientos años de trayectoria histórica y la tarea de realizar ese seguimiento, a pesar de la complejidad, resulta un reto apasionante.

Preguntémonos, para empezar, qué ocurrió en el mundo, tal día como hoy. Hagamos, simplemente, una aproximación cronológica. ¿Cómo lo ha registrado la historia? Un 23 de mayo,

-En 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis, expedición francesa encargada de restaurar el absolutismo de Fernando VII, entra sin resistencia en Madrid.

-En 1845, las Cortes españolas votan por una nueva Constitución.

-En 1951, China anexó formalmente el Tíbet.

-En 1981, asaltan la sucursal del Banco Central en Barcelona.

-En 1986, el escritor peruano Mario Vargas Llosa recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

-En 2012 se lleva a cabo la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Egipto, la primera pluralista de su historia.

-En 2012 la Gendarmería del Vaticano detiene al mayordomo del Papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele (46), por supuestamente revelar documentos secretos (que aparecieron en el libro Su Santidad: Los Papeles Secretos de Benedicto XVI). Comienza el caso Vatileaks.

-En 2015, beatificación del arzobispo de San Salvador, Óscar Romero, obispo y mártir salvadoreño; celebrada en una misa en la capital salvadoreña, por el Cardenal Ángelo Amato, enviado del Papa Francisco.

-Fue el día de 1958 en que nacieron el astronauta Thomas Reiter; y las actrices Melissa McBride en 1965, y Kelly Monaco, en 1976.

Dejen recordar a los amantes del zodíaco que las personas nacidas entre el 21 de mayo al 20 de junio son de signo Géminis. El signo de Géminis es representado por los gemelos, lo que sugiere una dualidad en la personalidad de quienes nacen bajo este signo. Los geminianos son conocidos por ser personas curiosas, inteligentes, versátiles y comunicativas. También pueden ser cambiantes, impacientes y superficiales en algunas ocasiones. El planeta regente de Géminis es Mercurio, que influye en su habilidad para comunicarse, aprender y adaptarse a diferentes situaciones.

El relato, que quiere adentrarse en territorio de personajes, vivencias y fiestas, comienza recordando a uno de los hijos más ilustres de esta tierra, José de Viera y Clavijo, cuyo legado perdura como un faro de conocimiento y sabiduría. Este insigne historiador y naturalista, nacido en 1731, encontró en los paisajes de aquellos Realejos la musa que inspiraría su obra monumental, proyectando ese legado de infancia y juventud en las tierras del Valle de La Orotava, La Laguna y otros lugares en los que el polifacético ilustrado mostró su labor. Ahí queda su monumental obra, compuesta y reeditada, afortunadamente, por diversos autores como el recientemente desaparecido Nicolás González Lemus y el historiador hijo de este pueblo, Javier Lima Estévez.

Viera, uno de los cinco grandes científicos de la historia de Canarias, a los que el destacado prosista orotavense Juan del Castillo, en sus propias palabras, colocó en su tomo, ‘Retablo tinerfeño’, junto a Agustín de Bethencourt, Blas Cabrera, Juan Negrín y Antonio González, “de cara picuda -describe del Castillo-, con la sonrisa de su admirado Voltaire, mirada algo cínica, fue un petimetre escéptico. El historiador eclipsó su vertiente de científico. Aprovechó los viajes al extranjero para recibir cursos de física, química y otros. Obra magna es su Historia Natural de las Islas Canarias, escrita en Las Palmas de Gran Canaria, en 1799, en estilo ameno y superior al del botánico José Cavanilles, del que fue compañero de viaje. Contiene curiosas noticias sobre la geología, mineralogía y flora de las islas”. Viera nos mostraría lo siguiente de este antaño lugar separado en Realejo Alto y Realejo Bajo, hoy municipio, en el contexto del siglo XVIII:

“Dista un corto paseo del otro. Es lugar también de buen temple, excelentes aguas, huertas, viñas, frutales y arboledas. Tiene muchas casas arruadas en calles. Su iglesia de tres naves es de las primeras parroquias de Tenerife. Está dedicada a Santiago y se erigió en el Sitio donde los conquistadores tenían su real. De aquí el nombre que tiene el pueblo. Sírvenla dos curas beneficiados provisión del rey y algunos sacerdotes.

Hay un convento de franciscanos recoletos como de veinte frailes y cinco ermitas. El vecindario es de 2.441 personas, de ellas algunas en los pagos de San Agustín, Cruz Santa, Rosas, El Mocán, etc. Ambos Realejos están dentro del referido Valle de Taoro”.

Con su pluma erudita y su mirada perspicaz, Viera y Clavijo nos legó un incalculable legado, desentrañando los misterios de la naturaleza y las historias que yacen entretejidas en las piedras de nuestra tierra.

El maestro y doctor en Ciencias de la Información, ex alcalde de este pueblo, Jesús Manuel Hernández García, hizo su particular homenaje a Viera, cantándole en sus inigualables décimas:

“Al mismo tiempo comienza

a redactar su obra cumbre,

aquella que le dio lumbre,

la más profunda y extensa.

En el tratado condensa

los hitos que nos marcaron

y que otros ya trataron

de forma más literaria,

pero un tanto imaginaria

en pasajes que narraron.

Con su historia de Canarias

Viera quiso deshacer

errores que al parecer

contenían obras varias.

Acciones imaginarias,

defectos, anacronismos,

se creían catecismos,

hasta que nuestro ilustrado

dejó el particular zanjado

con otros protagonismos”.

Pero no podemos hablar de Los Realejos sin mencionar a otro de sus hijos más destacados, el incomparable Antonio González González, cuyo nombre resuena en cada rincón del municipio. Nacido en 1917, en la calle El Sol -una de las protagonistas de la gran exhibición pirotécnica que tiene lugar cada año con motivo de la celebración de las Cruces y Fuegos de Mayo-, este hombre de ciencia y espíritu inquieto dedicó su vida a enriquecer el conocimiento y la educación de nuestra tierra.

González González nos legó una labor imperecedera, aportando importantes descubrimientos en el campo de la Química Biorgánica y abriendo nuevas líneas de investigación para otros científicos. Obtuvo, entre otros reconocimientos, el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1986.

En el corazón de nuestro querido pueblo, encontramos también figuras que han dejado una huella imborrable en la historia y en el alma. Entre ellas, destaca la luminosa presencia del padre José Siverio Pérez, cuya dedicación y entrega sacerdotal sería un faro de esperanza y consuelo para nuestra comunidad, quedando como testimonio de esa vocación su labor al frente de la junta para la reconstrucción de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción. Su compromiso por el sacerdocio y amor por las letras se trasladaría a una trayectoria profesional entre la radio y la prensa escrita, materializando un testimonio único de crónicas durante el Concilio Vaticano II que aún, pese a los esfuerzos realizados por el historiador Javier Lima, permanece desconocido para el gran público.

Pero no solo en los altares encontramos inspiración, también en la pluma de nuestros poetas, como el inigualable Gonzalo Siverio, cuyas palabras han tejido el alma misma de Los Realejos. Con su poesía, lograría captar la esencia de nuestra tierra, retratando con maestría la belleza de nuestros paisajes y la profundidad de nuestras emociones. Cada verso es un tributo a nuestra identidad, un canto a la belleza que nos rodea y un recordatorio de la importancia de preservar nuestras raíces.

Y cómo olvidar a Antonio Reyes, otro de nuestros ilustres poetas, cuya pluma ha sido testigo de los más profundos sentimientos que habitan en el corazón humano. Sus versos nos invitan a reflexionar sobre la vida, el amor, la naturaleza y la trascendencia, recordándonos que la poesía es el lenguaje del alma y que a través de ella podemos explorar los rincones más íntimos de nuestra existencia. En estos días de algarabía y bullicio, de bailes y aires típicos, queda también tiempo o margen para la reflexión y el silencio. Es entonces cuando brotan, casi en desespero amoroso, los versos de Reyes:

“En silencio me quejo y suspiro

pero a nadie le digo mi mal

y a solas mis penas reprimo

y me canso de tanto llorar.

Si te vas a gozar de otra dueña

goza, goza que seas feliz

anda y goza pero nunca olvides

al que te ama y muere por ti.

Tus promesas, ingrata, violaste

comprendías que loco te amaba

y hoy, en premio de tantas finezas,

me condenas a un cruel padecer.

Anda ingrata, pérfida, inconstante

que amor tierno no sabes pagar;

dime pues si es delito el amarte

para entonces poderte olvidar”.

Pero no son solo estos nombres los que llenan de orgullo a nuestra comunidad, sino también tantos otros personajes conocidos y anónimos que día a día contribuyen al enriquecimiento del pueblo con su trabajo, su dedicación, su talento y su generosidad. Desde los artesanos que mantienen viva la tradición alfarera, hasta los agricultores que cuidan de nuestras tierras con esmero y dedicación, cada uno aporta su granito de arena para hacer de Los Realejos un lugar único y especial.

Lo reflejaron Diego García Cabrera y Antonio González Santamaría, letra y música respectivamente, en aquel ‘Realejos norteño’, editado en 1977 por Los Huaracheros (inolvidables) para conmemorar su trigésimoquinto aniversario, años después versionado por el grupo realejero ‘Tigaray’, bajo la dirección y arreglos del entonces director Luis Manuel García, estrenado en 1987 hasta convertirse en uno de los emblemas del espacio televisivo ‘Tenderete’.

“¡Ay, mi Realejos norteño!

que el Teide gigante guarda,

un paraíso de ensueño

a la sombra de Tigaiga.

Tienes la savia del guanche,

la savia noble y bravía

y tienes como bandera

el corazón de folías.

¡Viva mi tierra canaria!,

tú, linda realejera,

tu drago que pinta el cielo

de color de primavera.

¡Viva mi tierra! si un día

quién estuviera lejos,

tu nombre será mi guía

¡que vivan Los Realejos!”.

Y es que no solo de historia vive Los Realejos, sino también de la magia de sus fiestas, que cada año nos unen en celebración y alegría y que nos traen ante un acto como el que se desarrolla en la tarde/noche de hoy. ¡Oh, las fiestas de mayo, tan entrañables y queridas por todos! Un mes que se inicia desde finales de abril, se proyecta a lo largo del presente mayo y alcanza las jornadas iniciales de junio.

De ellas y de esa proyección saben mucho también en la parranda El Chirato, nacida con la fuerza con que esta planta expande sus flores blancas en el camino y se aferra como los amores secos a la tradición, a la música que trae esas influencias que sustentan los aires típicos de nuestra tierra. Desde 2009, año de su agrupación formal, ha ido desgranando esos amores secos, sus diferentes estilos musicales, en programas televisivos y en actuaciones muy aplaudidas en diferentes escenarios peninsulares.

El Chirato no solamente ejecuta música sino que también intenta contribuir al nacimiento de nuevos talentos por medio de su Escuela de Cuerda Pulsada en su propio local en la Cruz Santa, en la que se imparten clases de laúd, bandurria, guitarra clásica y timple. Con esta escuela gestionada íntegramente por componentes de la agrupación, tratan de crear vocaciones musicales entre los jóvenes y los no tan jóvenes, desarrollando un vivero que nutra tanto al propio colectivo como al resto de formaciones de la isla.

(continuará mañana)