Odalysp Padrón
El mercado del suelo en
España está determinado por el nivel de corrupción, no responde a las leyes de
oferta y demanda, dado que depende de las decisiones totalmente arbitrarias y
en la inmensa mayoría de los casos sujetos al correspondiente soborno de un
reducido grupo de personas que deciden donde se puede construir. Una parte de
lo que pagamos por el inmueble, y que incrementa enormemente el costo, se debe
al posible soborno pagado por el constructor o promotor. Podríamos decir que
una de las mayores estafas perpetradas a la humanidad son las recalificaciones
urbanísticas ya que parecen creadas para enriquecerse gracias a la corrupción.
Por lo expuesto
anteriormente no es de extrañar que la ley del suelo de 1998 mal llamada ley de
la liberalización del suelo, promovida por el Ejecutivo de Aznar e ideada por
Rodrigo Rato, fuera, considerada por muchos, la antesala del ineficiente,
voluminoso y corrupto organigrama que dirige hoy España. Una ley tildada de
“capitalismo de amiguetes” que favoreció a los terratenientes, grandes
empresarios y a los políticos de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. La
recalificación se convirtió en un magnífico caldo de cultivo para la corrupción
y los pelotazos donde la figura del Concejal de turno era la clave. Ejemplos en
los juzgados hay por doquier. Una ley que otorgó una potestad muy amplia a los
Ayuntamientos y Comunidades Autónomas que eran los que decidían que suelos
podían ser recalificados y cuáles no.
En Canarias gobierna
Coalición Canaria (CC) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) debido a
una ley electoral antidemocrática totalmente desproporcional. Para elegir el
Parlamento Canario compuesto por 60 diputados donde un voto de una persona
empadronada en una isla no capitalina, de menor tamaño y menos habitada, tiene
el mismo valor que 17 votos de los empadronados en las islas mayores y más
pobladas. No hay equidad en la votación, una persona no es un voto. Este
sistema “ilegal” electoral lo tiene bien atado Coalición Canaria más conocida
como “Corrupción Canaria” que ahora con Fernando Clavijo, presidente del
Gobierno de Canarias, a la cabeza ha decidido emprender la aprobación de una
ley del suelo denominada por muchos canarios como “ley para la corrupción” ya
que favorece que aparezcan nuevos casos de corrupción.
Nuevos casos de
corrupción porque Coalición Canaria está o ha estado inmersa en pelotazos
urbanísticos como el Caso de Las Teresitas o el Caso Arona donde se han sentado
en el banquillo más de 13 acusados, la totalidad del grupo de gobierno de
Coalición Canaria además de empresarios, funcionarios y arquitectos, y donde
aparecen más de 262 testigos, una trama de corrupción con más de 205 licencias
municipales concedidas de forma irregular así como el pago de comisiones que
dejaron al municipio prácticamente en bancarrota. De hecho Canarias, con la ley
actual, dotada de mayores controles que el anteproyecto aquí descrito, es la
cuarta Comunidad Autónoma con más casos judiciales por supuestos delitos
urbanísticos, donde más del 40% de los ayuntamientos están afectados por casos
de corrupción.
Con este panorama el
Presidente del Gobierno Canario, Fernando Clavijo, Coalición Canaria,
respaldado por su socio de gobierno, el Partido Socialista Obrero Español,
intenta aprobar una Ley del Suelo que permitirá la consecución de proyectos sin
tener en cuenta si son compatibles con el modelo por el que se apuesta y si son
de interés general. A través de sus 408 artículos, 15 disposiciones
adicionales, 23 transitorias, 1 derogatoria, más 7 finales se fomenta la
arbitrariedad, la desregulación y la discrecionalidad. Así el artículo 124 y
siguientes habla de los “proyectos de interés insular o autonómico” cuyo objeto
es aprobar para su inmediata ejecución de forma autónoma y sin que esté
contemplado en la planificación proyectos de actividades industriales, energéticas,
turísticas, culturales, deportivas, sanitarias o de otra naturaleza cuya
incidencia territorial sea relevante, pudiendo ser promovidos por iniciativa
privada y sin ningún tipo de contención territorial en cuanto a su magnitud.
Esto quiere decir que mientras cualquier ciudadano para acometer cualquier
actuación urbanística en su casa, como un simple cuarto, debe realizar
innumerables trámites y cumplir con los planes urbanísticos, los grandes
empresarios que tengan un “amigo” en el Gobierno pueden construir desde una
planta regasificadora a un gran hotel simplemente hablando con el Gobierno de
Canarias sin necesidad de cumplir con las regulaciones que cumplimos el resto
de administrados. Ejemplos como éstos hacen sospechar que la corrupción “presuntamente”
campará alegremente por los despachos públicos.
También es importante
remarcar el artículo 155 relativo a las ordenanzas municipales e insulares con
la que se dota de unas normas urbanísticas hasta que se aprueban los planes
generales sin control ni participación. Resumiendo, se prioriza la realización
de cualquier tipo de proyecto sin tener en cuenta las determinaciones de los
planes de ordenación para el suelo en el que se pretende ubicar. O el artículo
169.1 que le otorga potestad al Gobierno de Canarias, de oficio o por
iniciativa propia, para suspender la vigencia de cualquier ordenación para su
modificación o adaptación, en todo o parte, tanto de su contenido como de su
ámbito territorial. Y para rematar el artículo 61.11 fomenta que el suelo
rústico pueda ser usado para otra serie de actividades que nada tienen que ver
con el sector agrario. Entre ellas usos deportivos, de ocio y científicos.
Y si todo esto no fuera
suficientemente desolador y alarmante los arquitectos denuncian que en este
anteproyecto se sigue manteniendo la corrupta figura del agente urbanizador,
denunciada en Estrasburgo por atentar contra la propiedad privada. Según
explican estos profesionales el modus operandi consiste en que si se quiere
realizar una urbanización en un sector de suelo que la planificación urbana
haya previsto como transformable no necesita comprar el suelo ni contar con la
propiedad. Puede presentar el proyecto, que la administración pública lo
apruebe, construirlo y, por último, pasarle la factura al propietario. Si este
se negara a pagarle, por algo que, además, no le encargó, usted podría
expropiarle de forma privada sus terrenos. Por esta razón, solo necesita un
buen amigo en el gobierno municipal o sobornar a algún alcalde o concejal para forrarse
a costa de los demás. Esta figura, que nada tiene que ver con las prácticas que
se darían en un entorno de libre mercado, es la más vergonzosa de todo nuestro
ordenamiento jurídico urbanístico. Con la aprobación de este dañino
anteproyecto, cualquiera que disponga de los medios y los contactos necesarios
y que esté dispuesto a corromperse podrá promover la construcción de un hotel
con un proyecto de interés insular o autonómico sin necesidad de tener que
comprar los suelos que necesita para llevarlo a cabo.
Con este esbozo
entenderá porqué Canarias es considerada el paraíso de la corrupción y el
motivo, más que sobrado, de llamar a Coalición Canaria “Corrupción Canaria”
dado que todo lo que toca, políticamente hablando, acaba en el juzgado. Mientras,
el Partido Socialista Obrero Español en Canarias callado para no perder sus
sillones ni sus ingresos mensuales que por algo tenemos una vicepresidenta que
en época electoral declaró sin pudor que no sabía cuál era el PIB de Canarias
(https://www.youtube.com/watch?v=bMkWNU1dSzw) para posteriormente, en una
visita de Pedro Sánchez, volver a confirmar su tremenda ignorancia
(https://www.youtube.com/watch?v=cYE-GclVvD8). Cómo dice el acervo popular,
Dios los cría y ellos se juntan, y así nos va.
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