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martes, 6 de octubre de 2020

IMPUESTOS DIRECTOS

Lorenzo Soriano


IMPOSICION DIRECTA. (Indirecta y Mediopensionista)

Los impuestos españoles están establecidos por Ignorantes atrevidos, ocurrentes y descerebrados. 

No establecen justicia fiscal, ni distancia corporativa, ni establece equidad País, proporcionalidad, defensión y derechos del contribuyente, ni evitan duplicidad, ni aportan claridad ni eficacia recaudatoria.  No hay  fiscalistas de nivel, jugándose su prestigio, que se atreva a entrar en esa olla Recaudatoria, Confiscatoria, Desincentivante y LETAL para el ahorro, la economía, el desarrollo y el progreso. Por mucho que los que lo incoan las más veces, se llamen falsamente Progresistas.  Eso sí, excepción hecha del peor de todos, los que han pasado por ese Perverso Ministerio, cual checa sociata del 36. Si, MONTORO. Si es un mérito haber sido el peor de todos y cada uno, que se le reconozca debo proclamar

Pero a lo que íbamos; ninguna economía occidental ni democrática, puede sobrevivir con una imposición fiscal basada en su inmensa mayor parte, en los impuestos Directos.

A medida que crecen los impuestos Directos, se mantengan o no los indirectos, el país se empobrece, los ciudadanos son incapaces de afrontar su pago, y muchos de nuestros compatriotas prefieren pasar a ser mantenidos por el Estado, que trabajar para producir riqueza y aportar contribución al bienestar común. Esto es así de sencillo, por lo que es bien fácil de entender, tan fácil que asusta el pensar en las razones que tienen para obviarlo y hacer totalmente lo contrario de lo que nos conviene a los ciudadano.

Los impuestos Directos, están previstos para los trabajadores por cuenta ajena, funcionarios, ciertos profesionales y demás, a quienes se les retiene en el origen una gran parte de la imposición y luego al termino del año fiscal contributivo, se ajusta al baremo o tramo con su tipo aplicable a la base obtenida, y se solicita diferencia o se le devuelve si procediere el exceso de la imposición. Sencillo, limpio, de fácil recaudación, automática prácticamente y sin grandes problemas de fraude. Los Impuestos indirectos, están basados en el consumo, gravan el acto de consumir, o los beneficios de las empresas y los resultados de los autónomos que tributan por la estimación directa. Son complicados de controlar, se basan en las declaraciones de los contribuyentes, y se recauda solamente, si se consiguen resultados positivos. Cuando en un país como el nuestro, escasamente industrial, eminentemente turístico y de servicios, con un minifundio empresarial enorme, lleno de pequeños comerciantes, o minúsculos empresarios o trabajadores por cuenta propia o Autónomos, y si además, estos son mayoría, los Gobiernos se desesperan. Actuando contra esto en dos frentes. Desincentivando a los pequeños empresarios y a los trabajadores por cuenta propia a los que ningunea, puentea y no les ofrece prácticamente ningún incentivo para fomentarlos. Y antes al contrario, los demoniza y les atiza con sus peores y más peregrinas normas, reglas, humillaciones y además les traspasa la función de recaudadores y delatores. Entonces, es cuando les ofrece insistentemente la contribución por módulos, que no es otra que una imposición directa, a quien no tiene unos ingresos fijos por nominas o por rentas constantes. Así, si el modulo que le correspondía en el año 2008, donde negaban la crisis y clamaban por pleno empleo y Champions League, era de 4000 euros/año a un autónomo que producía 100.000 euros de ingresos, cuando en el 2012 su facturación o volumen de ingresos paso a 50.000 o menos, el modulo seguía siendo el mismo, porque no había autorregulación automática y sus impuestos por tanto subían al doble. Nos invitan a caer en trampas que nos ponen ¿para arruinarnos? Supongo que por ignorancia ya que empresario o autónomo que cierra, es contribuyente que deja de pagar y suele empezar a cobrar. ¿Son tan estúpidos nuestros dirigentes? Pues parece ser que si, a la par de ignorantes y de que les importa una higa lo que venga después. El segundo frente en el que actúan contra los que están sometidos a tributación por éxito, es la presión modo cacería a que someten al contribuyente por cuenta propia, obligándole a aceptar criterios del devengo en vez del cobro, esto es, la factura emitida se considera cobrada, disparate de juzgado de guardia, y más en estos tiempos que nadie paga. Si las administraciones deben a los empresarios centenas de millones de euros, esas facturas emitidas e imprescindibles para conseguir su imposible o dilatado pago, les genera impuesto, así, a las empresas se les obliga a tributar por lo no cobrado. Y para rematar el asunto, como consiga a pesar de todo ganar algo, después de tanto dispendio en seguridad social propia y de los trabajadores, y del tremendo Impuesto de Sociedades, deberá adelantar el año que viene más de la cuarta parte de lo que gano el ejercicio anterior, aunque no hayan ingresado nada ese año. Disparates y disparates con el solo fin de ahuyentar a los que se niegan a contribuir con impuestos directos.

Concluyo para no aburrir. Si dejamos que la imposición directa se imponga, nos arruinaran a todos tarde o temprano. Lo lógico y contrastado es que la imposición fuese siempre o mayormente indirecta, ligada al consumo por una parte y a los beneficios empresariales cuando se den por otra. Lo demás por mucho que moleste al recaudador oírlo, es llevarnos al abismo sin retorno. Así pues que se recaude no por el mero hecho de ejercer sino si ese ejercicio consigue resultados suficientes para que hagan posible una vida digna al contribuyente y que aporte dependiendo de los resultados. No a los impuestos directos.   

 A Reflexionar.

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