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jueves, 2 de junio de 2016

LOS CUARTELES DEL CORPUS, UN TESORO MATANCERO VISITABLE HASTA EL LUNES

Hasta el próximo lunes se continuarán elaborando los tradicionales monumentos florales por parte de los vecinos.

La tradición religiosa de adorno floral incluye elementos de sana rivalidad entre los barrios, que compiten por confeccionar el altar de flores más espectacular y aportar el donativo más cuantioso a la Parroquia. El Ayuntamiento solicita desde hace siete años el reconocimiento de esta manifestación cultural como Bien de Interés Cultural.
La Matanza atesora desde hace al menos 80 años una curiosa tradición vinculada a la festividad del Corpus Christi, los llamados Cuarteles del Corpus, monumentos florales generalmente de estructura escalonada y piramidal que son confeccionados en el interior del templo parroquial por parte de grupos vecinales reunidos al efecto. Aunque hay tiempo para pensar en el diseño y localizar los materiales necesarios, lo cierto es que sólo se cuenta con media jornada efectiva para la ejecución del monumento que acogerá la sagrada forma durante la misa, dado que días tras día y mientras dura la tradición, un cuartel sustituye al del día anterior, lo que convierte a los cuarteles en una peculiar manifestación de arte efímero.

Desde hace décadas, esta costumbre canaliza de manera saludable cierta rivalidad entre barrios, que compiten por lograr el monumento floral más vistoso, así como el donativo económico de mayor cuantía para la parroquia. Su origen no está claro, ya que la memoria popular habla de ellos como “algo de siempre”, una auténtica fiesta que unía a los actos religiosos convites y bailes. Al parecer hacia finales de los años treinta del siglo pasado, y con el objetivo de recaudar fondos para la restauración de la parroquia que había perecido pasto de las llamas en 1936, se incorpora la costumbre de hacer donativos económicos. Curiosamente existía un cuartel hoy desaparecido, el llamado “cuartel del cura”, con el que arrancaba la celebración y cuyo coste era sufragado directamente por el párroco, así como la costumbre de contar con un predicador diferente cada día invitado por los propios vecinos. La tradición pasó por diversidad de vicisitudes, como su prohibición en 1958 como consecuencia del excesivo protagonismo que estaba tomando lo lúdico frente a lo religioso, una prohibición que se mantuvo hasta 1980.

En el año 2009 el Ayuntamiento impulsó una propuesta del alcalde, Ignacio Rodríguez, para que Los Cuarteles fuesen declarados Bien de Interés Cultural.

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