Cuanto deseo
compartir
con los niños y niñas
mi tibiecito pan del saber.
Contonearme orgullosa
por mi escuela,
feliz de servir a la
niñez y a mi Patria.
Que satisfacción
incomparable
sustenta mi vida cada
día
cuando veo realizado
mi caro deseo
en la gratitud
disfrazada de sonrisa infantil.
Cuanto amor se filtra
en un instante
cuando sus ojitos
repletos de ternura
en el aula me piden mucho
más…
Ah, el tiempo se
esfumó mágicamente
generación tras
generación
quedando en la mente
de la juventud
mi atesorado pan del
saber…
Hoy la nostalgia
embriaga mi soledad
que teje recuerdos de
mi recinto escolar
El pan del saber sin
reserva lo esparcí
germinando
satisfactoriamente
en mi obra maestra:
la juventud.
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