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miércoles, 1 de junio de 2016

EL CAÑÓN DEL COLORADO

Evaristo Fuentes Melián
Sabido es que en futbol y otros  deportes suelen celebrarse los triunfos con mucho ruido y alboroto. El futbol regional hace unos cincuenta años era de una importancia vital. Por poner un ejemplo, en los derbis Puerto Cruz-Orotava de aquella época, iban al estadio correspondiente varios miles de espectadores directos (no había tele). Y al final del partido los cañones (cohetes grandes) sonaban cuando el CD Puerto Cruz ganaba a la UD Orotava, o viceversa.
Ahora, la tele omnipresente ha ahogado todo síntoma o vestigio de enfrentamiento auténticamente  deportivo, solamente priva el aliciente crematístico de los millones que se juegan los equipos en competiciones como la champions   Pues bien: hace unos veinte años se puso de moda en un grupo de aficionados anti madridistas de mi comarca, tirar cañones en contra del Real Madrid cada vez que quedaba eliminado de una competición europea, como es la actualmente llamada  champions. En ocasiones se han tirado los cohetes a las tantas de la noche, y explosionan en el silencio celestial con una sonoridad inaudita y con gran regocijo entre los ejecutores de tan singular evento, mientras que se sorprenden el resto de aficionados, que ya a esas  horas son bellos—o feos—durmientes. Pero la vez que mordió el polvo de la eliminación el Real Madrid, en la semifinal de la champions, en mayo de 2015,  el acto solemne de tirar los cañones resultó difícil de ejecutar debidamente por la  falta de los colaboradores  imprescindibles, y el interfecto ejecutor casi se quema las manos.   Esta peña, si no se renueva, dejará de tirar los cañones contra el Real Madrid, celebrando sus…derrotas.
Una anécdota para terminar: hace varios lustros, estaba la susodicha peña viendo un partido de la selección de España, y un inaudito antiespañol se empeñó en tirar cohetes cuando España había perdido. Entonces un colaborador, más españolista y patriotero que ninguno, se sintió despechado y los tiró él mismo con su cara de cabreo enrojecida. En consecuencia, este en cierto modo subversivo articulejo lleva por título ‘El Cañón del Colorado’.

Espectador

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