José Peraza Hernández
Me gusto
el acto de homenaje al Rancho de Ánimas de Tiscamanita, que vinieron del
municipio majorero de Tineje, Fuerteventura, por su empeño de mantener y
transmitir esta bella herencia tradicional.
Otro de los actos, la presentación del libro, donde se habló de todo, como, del buen comer, cherne con papas en "Casa Chano", o a cantar folías en "El Engazo", con el recuerdo al fondo de Casiano el de "La Cuevita", el buen vino. Los tenderetes como se cantaban las isas en las noches del vino de San Andrés, y que tenían ese sabor a folklore. Como no podía ser de otra manera, el momento de la parranda en la presentación del libro de Sixto Sánchez Perera de “Maestro Casiano.”, el salón se encontraba lleno a rebosar.
Es tan inmenso, puede oír que había unos cuarenta puestos, y todos diversos, donde comer, de dulces, roquetes, turrones. Artesanía variada, pude ver una exposición privada de don Néstor Pérez González, hecho de verga, impresionante, no voy a nombra a ninguno más, porque se hace muy largo. Pero sí visite a un amigos del Barranco de la Arena y a su esposa. Un artesano que lleva infinidad de años. Un currante de toda la vida, con quien estuve charlando. El don Rafael Bello González y también a su esposa dola Antonia Hernández Torres. Don Rafael nació 17 d e octubre de 1933, hoy tiene 91 año. Le pregunte, cuando empezó hacer “Carrito de Verga”, me dice que tendría unos 17 años, él trabajado en diversos trabajo, me dice que, en la platanera, sacando arena del barranco, en la construcción, a me dice que él hizo su casa, y que su mujer le ayudaba. Cuando tenia que subir materias para la parte alta, su esposa se ponía arriba, y el abajo, tirando de la soga, por la tarde pues cuando tenias un ratito libre, iba a las plataneras a buscar vergas, para hacer carritos de verga. Me dice cuando salió del Cuartel, empezó a trabajar de camiones. Y que paso, que yo llevaba carga al Muelle. Allí te pegas 2 horas parados, hasta que te tocara descargar. Pues llevaba verga, y en esas dos horas me ponía dentro del camión, e iba haciendo cochitos, donde aprovechaba el tiempo.
Le
pregunto que hacía con esos carritos. Me dice que se iba con su mujer, allí
donde hubiera fiestas, en la guagua. En aquel tiempo, no había control como
hoy. Él tiene el nº13, de ahora por el Cabildo. Me dice que, de la época de él,
ya no quedan nadie. Ley de vida, aquí no se queda nadie, uno va primero y otros
después.
Bueno,
me despido del amigo don Rafael Bello González. A quien le doy las gracia, por
contarme parte de su historia.
