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sábado, 11 de abril de 2015

CRIMEN EN LA VERA


Gregorio Dorta Martín

A pesar del paso de los años, hay cosas de la infancia que uno recuerda mucho, tanto que se queda uno marcado de por vida. No me podre olvidarme jamás con 9 o 12 años el asesinato de una niña de corta edad, de aproximadamente 13 años en mi barrio de La Vera, hace ya mucho tiempo, poco más o menos 55 años, si la mención o el tiempo no me falla. Hablo de memoria, sin datos en la mano, no fue un sueño, no fue una película, fue una historia real que me embudo no solo a mi sino al resto de los vecinos de aquella etapa y me marco tanto pese a mi niñez, que prácticamente recuerdo mucho más ese episodio de mi infancia, que en corretear y jugar a la pelota o al escondite por aquella cuevas del barranco del barrio y, ser feliz, como lo fue mi inocencia, que pensar como un adulto había sido capaz de asesinar a una niña de tan corta edad y  en aquellas situaciones para un niño de tan poco tiempo para mi significo mucho. Incluso, pese al transcurrir del tiempo aún recuerdo toda la escena de cómo me lo contaron y como viví siendo tan infantil todo ese episodio del crimen de la Vera. Fue un asesinato en toda regla y posteriormente condenado por todos los vecinos y contado por mi padre y madre a mediodía cuando alrededor de la mesa nos sentábamos a almorzar con todos mis hermanos. Aunque antes me había instruido primero que mis propios allegados.

Como cada mediodía, padre e hijo, iban caminando por la vía de regreso a casa. Mientras le relataba mí mañana en clase de mecanografía, mi padre distraído en sus pensamientos, aún no daba crédito a su extraño y duro día. Quien daba clase de escritura al tacto era el popular Domingo “el cafetero” (q.e.p.e), que lo hacía en su casa en el camino Cordobés y el cuál era amigo y conocido de mi padre. Desde su casa a la mía se podía coger o ir por dos sitios diferentes, por cualquiera de ellos, siempre cruzando el barranco, uno por donde suele parar y dar vuelta en la actualidad la guagua que nos vienes y nos lleva ahora a Puerto de la Cruz y la otra por el puente de acero que unía la plaza de la Iglesia con la calle Nueva o mi casa, ese puente que está siendo remodelado y que se encuentra en obras. No sé por qué aquel mediodía fui yo el que eligió el camino, normalmente daba igual ir por un lado que por otro, porque la distancia era prácticamente las misma. Sin embargo, ese día mi inocencia o porque la plaza del barrio me llamaba más la atención que pasar por toda el vecindario de la calle nueva hasta mi morada.


-Papá cruzamos por aquí-le dije frenando a mi padre y tirándole del brazo-
-No hijo, es peligroso, el barranco apenas tiene arcén y por la zona de la iglesia hay muchos Guardia Civiles porque han encontrado una niña muerta- Me hizo, caso y lo dijo sin detenerse.

-Pero papá, papá-insistía-Y por qué ese hombre ha matado a esa niña.

¡Hijo ten cuidado!- me gritó y que andaba absorto por el centro de la carretera- Hay mucho asesino suelto, hay mucha gente que está muy mal de la cabeza y pierde la noción o el sentido común de las cosas. Esta gente terriblemente enferma no sabe lo que son capaces de hacer. Ayer por la tarde asesinaron a una niña muy cerca de la iglesia y el mismo homicida la enterró a cien metro de la parroquia.

Incluso, al llegar al Templo me indico donde apareció la niña. Que complicado era para mi padre que me quería tener informado, no solo por el hecho de la noticia, sino incluso para que tuviera cuidado con toda clase de gente. La cara de mi padre era todo un poema contando esa trágica noticia que había conmocionado a todo el barrio. Seguramente lo describía, no para hacerme daño, sino para que estuviera precavido que con desconocidos no podía ir a ningún lado.

--- Fue tan bestia el matador que no supo enterrar la niña. Le dejo media pierna por fuera cerca de la iglesia en la primera curva que iba desde la propia Iglesia hasta la carretera general y por ello la guardia civil no tarda en encontrar su cuerpo. Incluso, tampoco al asesino que no sé si se entregó o lo descubrió la propia Guardia Civil. Los comentarios fueron generalizados por todo el barrio, aunque a los más pequeños nos contaron la parte que más les interesaba a los padres, para que cara al futuro tuviéramos mucho cuidado con quien estábamos o que gente había que tener cierto cuidados.

---En el almuerzo alrededor de la mesa se hizo silencio y el calor apretaba lo suyo, seguramente ese crimen ocurrió en verano. Mi padre seguía hablando con los vecinos en el portal de la casa. Mis hermanas parecían doloridas, intentaban abrir los párpados e incorporarse a la mesa para comenzar el ritual de un almuerzo más, seguro que muy diferente al resto. Allí se expuso todo el contenido de lo que mi padre ya me había adelantado por el camino y alzando su voz para que tuviéramos cuidado de no llevarnos para nada con la amabilidad de algunos que se podían aprovechar de nuestra inocencia. A pesar de los años todavía recuerdo esa escena que marco algo mi infancia y seguramente muchos de los vecinos que estarán leyendo este escrito estarán pensando que ellos también se acuerda del Crimen de una niña en la Vera. Una historia negra de mi barrio que siempre con la gente de mi edad la cuento y que me hizo psicológicamente mucho daño.

miércoles, 8 de abril de 2015

LOS REALEJOS NO CAMBIAN DE RUMBO


Esteban Domínguez

En este bello rincón del Valle, no tofo es alegría y placer, a pesar de lo que diga nuestro alcalde, don Manuel Domínguez.

Ahora cuando ha llegado la primavera, desde muy temprano las gentes se van a las plazas, y por la noche, con el cielo estrellado y en plena luna de primavera, algunos han cogido la costumbre de acudir al “poli” de Barroso, a jugar al fútbol, y al baloncesto y otros deporte, como si en Los Realejos no hubiera otro lugar, donde practicar deporta. Y el Sr. Domínguez como es tan generoso, enciende los “fotos” desde las 6 de la tarde, hasta las diez de la mañana.

Últimamente se les ve, por algunos barrios, pero donde deber de ir, no va. Creo que para buen entendedor, con pocas palabras basta. Ya estamos acostumbrados, los que aquí vivimos a dormir por la mañana.

Pero me gustaría, que el “poli” de Barroso, lo tuviera cerca de su casa. Seguro que le buscaría, rápidamente, una solución, pero como a estos señores los ruidos y las molestias de quienes aquí llegan nos las oyen, les importa un bledo.

Solo servimos para pagar impuestos, la luz, la basura, el agua, la circulación de vehículos, la contribución, hacer la declaración de la renta; etc, etc. etc.

Y el hombre que dice que cuando habla, le mira las los ojos de la gente, no me lo creo. Hace unos días, estuvo en Icod el Alto, y entre otras palabras dijo, que prometió seguir gobernando este municipio, por ocho años. También quiere ir al Cabildo, y “quitarle el cargo” a Carlos Alonso, que tampoco ha hecho nada por el norte de Tenerife, ni siquiera por el Puerto de la Cruz.

Me da la impresión que todos los gobernantes quieren “matarle” al Puerto de la Cruz, la “gallina de los huevos de oro”, precisamente, la primera ciudad, turística de Canarias. Pero claro: “predicar es una cosa, y otra dar trigo”.

Ahora estamos alegres, porque los fuegos del TRES de mayo, la han declarado “fiesta de Interés, Turístico” y esperamos, los realejeros, que algún día y antes de que se baya al Cabildo, las declare de “Interés, Turístico Internacional” porque la Tradición de los fuegos de Mayo de mayo así lo requieren. Pero no solo de tan vive el hombre…
En Los Realejos como en otros lugares de Tenerife, hay aún, muchas necesidades.

¿Cuánto tiempo hacen que no se construyen viviendas sociales? Y ¿Qué pasa con los Hospitales del Norte y Sur de la Isla? Posiblemente, cuando Vd. sea presidente del Cabildo, si hay quién le vote, los terminara.

Contento esta Vd. con las “marquisimas” realizadas en Icod el Alto. Pero también ese y otros barrios, necesitan otras mejoras.

Mírele si quiere, a los ciudadanos a los ojos, pero también cumpla con su programa electoral, porque hay mucho “trigo que cortar”.
En  mayo serán las elecciones, y me dicen muchas personas, que aún no lo tienen claro, por quienes de los partidos políticos de Los Realejos, depositaran sus votos.

El mío y visto, lo visto, lo tengo claro; y como es un secreto, no lo descubriré. Lo que si le aconsejo, es que se de una vueltesita, por los barrios realejeros, y que utilice los medios que tiene a su alcance, como “Radio Realejos” para decirle a los ciudadanos, el próximo programa electoral, a fin de que queden informados de lo que el grupo Popular, quiere hacer o realizar en esta Villa Histórica de Los Realejos.

Y le recuerdo, que cuando escriba el libro, sea tan amable, y me envíe uno. Y nunca se olvide del Realejo Bajo. Lugar que ha estado siempre, y estará, por mucho que se “predique” muy abandonado.

Desde la Ermita de San Sebastián a Barroso, es un lugar “muerto” solo se ven “perritos” quienes sus dueños los sacan a pasear, para crear ambiente. Mientras tanto los servicios públicos tantas veces prometidos por los políticos, no los construyen. Da la impresión, que el Realejo de Abajo, no entra en los planes de los políticos realejeros, ni de la corporación.

Y antes que se me olvide, lo quiero felicitar. Fue el “Domingo de Ramos! cuando a un miembro de la Hermandad del Santísimo, en plena Celebración Eucarística en la parroquia de La Concepción, sufrió una lipotimia, y Vd. acudió entre otras personas para ayudarle. Un buen gesto que le reconozco.

El martes día 7 en plena lluvia, una persona mayor, se desplomó en la plaza de “Las Flores”, y grito que lo levantaran. Allí no estaba la Policía Municipal. Este que suscribe le ayudo a levantarse, ¿pero si en aquel momento y dado la lluvia que estaca cayendo, que hubiese pasado con este hombre ya de avanzada edad?. Ni pensar, lo que hubiese ocurrido. También le ayudaron una mujer y un hombre que yo le dije que me ayudara. Ósea, somos humanos, y debemos de ayudarnos unos a otros, en las alegrías y en la enfermedad, y los políticos que cobran de nuestros impuestos, deben de ocuparse un poquito mas, del ser humano.

¡Que pena señor Alcalde¡ ¡Que pena amigo mío¡










DOS POLÍTICAS DE INTERÉS, LA IGLESIA Y EL GOBIERNO

José Peraza Hernández. – Cronística Local 08-04-2015

Nos encontramos hace unos días con una noticia sorprendente, que nos parecía una broma de mal gusto, decía así: “La reforma del Registro Civil dejará sólo el de Santa Cruz de La Palma”. La aplicación de esta ley obligará a los habitantes del resto de municipios a desplazarse hacia la capital para realizar unos trámites que hasta ahora hacían cerca de sus casas.


La reforma del Registro Civil, que entrará en vigor el próximo 15 de julio de 2015, perjudicará al 80,6% de la población de La Palma, según denuncia CC en la isla. La nueva ley supondrá el cierre de las oficinas que existen en cada uno de los municipios y solo se continuará dando el servicio en Santa Cruz de La Palma. Y es previsible que esta privatización suponga el cobro de tasas por unos trámites que hasta ahora eran gratuitos. "Es probable que eliminar el carácter público de la prestación de este servicio suponga también un cambio de horario para la atención al público, lo que puede tener graves consecuencias", se puede leer en la noticia. Asimismo, sigue la noticia: "La aplicación de esta ley obligará a los habitantes del resto de municipios a desplazarse para realizar unos trámites que hasta ahora hacían cerca de su casa", denuncia la secretaria general de CC, Guadalupe González Taño. Y lo mismo sucederá en todos las islas.


Por otra parte en el Diario de Noticias Libre. Nos hacemos eco de lo siguiente: El Papa denuncia el cobro de bodas y bautizos en las Iglesias. Desde La Ciudad del Vaticano, El Papa Francisco, ha criticado que La Iglesia esté cobrando por los registros realizado por los curas de las parroquias. En esta misma línea, el Pontífice Romano afirma que las parroquias no se pueden convertir en “casas de negocio”, y que no se puede cobrar por celebrar bautizos o bodas. Su argumento parece sacado de la parte del nuevo evangelio donde Jesús expulsa a los mercaderes del tempo, ya que habían transformado la casa de oración en cueva de ladrones. Así, deja claro que los sacerdotes no pueden hacer negocio con los sacramentos. El mismo patriarca de la Iglesia insiste en que no se puede poner precios los sacramentos, ya que “la salvación es para todos”, y por lo tanto gratuita.      

Comparando estas dos noticias, en la primera donde el Gobierno Español quiere privatizar el Registro Civil; y en la segunda, que se critica el negocio que hacen las parroquias con los propios registros de los sacramentos; podemos afirmar que el Gobierno Español debe entender que El Registro Civil es un derecho, y no una propiedad del propio Gobierno Español. Y que no puede convertir el Registro Civil Público en un derecho mermado, ya que ello va en contra de la actual Constitución Española.   

lunes, 6 de abril de 2015

CATÁSTROFE DE LOS ALPES Y PELÍCULA

Evaristo Fuentes Melián

Aunque Luis Goytisolo en un reciente artículo escribe que los típicos en general suelen ser falsos, yo opino por el contrario que los tópicos suelen coincidir con la realidad. Creo tanto en los tópicos, que lo que más menos me cuadra del reciente accidente del avión alemán de pasajeros en Los Alpes, es que el piloto y la compañía fueran alemanes. Con la fama –bien ganada, tópica, pero también típica y real--que tienen los alemanes de hacer las cosas correctamente, ahora sucede que este copiloto era alemán y era enfermo mental con certificación médica, y nadie tomó las medidas para darlo de baja. No lo comprendo en absoluto, no me cabe en mi caletre de concienzudo admirador e imitador en lo posible de los ‘cabezas cuadradas’.  En fin, que mi mentalidad hubiera asimilado mejor la traumática catástrofe si el avión y el piloto hubieran sido españoles o de algún país del Sur de Europa, o, por supuesto, de Sudamérica o de África. Y he llegado a pensar morbosamente que, como era una compañía de segunda categoría, de bajo coste, el examen rigoroso de todo ente alemán que se precie, tuvo un casi imposible rasgo de negligencia y por ahí se coló este joven copiloto sicópata reconocido más que presunto.

Por otro lado, este accidente real de Los Alpes converge y coincide en muchos puntos con el primer episodio de la película argentina ‘Relatos salvajes’ (del año 2014): un piloto de avión comercial, a quien llaman ‘Pasternak’, sicópata adulto por sus traumas desde la infancia, consigue reunir subrepticiamente en un mismo vuelo a todos los que se habían reído de él y le habían hecho daño en algún momento de su vida. Su siquiatra de siempre, llegado el momento álgido de la trama, intenta persuadirle de que la culpa verdaderamente la tuvieron los padres de ‘Pasternak’. Este episodio fílmico termina cuando el acomplejado piloto, desquiciado, vengativo reconcentrado por haberse mantenido tanto tiempo en introvertido silencio, enfila el morro del avión hacia una determinada zona residencial, exactamente hacia el jardín del chalet donde en aquel momento sestean plácidamente sus progenitores.
   En conclusión y por si hubo presunto mimetismo, ese afán de copiar tan frecuente en estos casos, hay una última morbosa e inquietante pregunta: en uno de sus tantos viajes aéreos anteriores, ¿llegó a visionar el copiloto del siniestro de Los Alpes la referida película argentina?   ¡Uff!

Espectador 

sábado, 4 de abril de 2015

HACER UN PUENTE EN EL BARRANCO DE LA CALLE DE LA RAYA LA VERA PUERTO LA CRUZ

José Peraza Hernández

Hay cosas que se revindican desde los años de antaño, por el bien de los vecinos y vecinas, como transeúntes y para el mismo barrió. Pero cayó en el fondo del baúl, petición que realizó la asociación de vecinos “Amigos del Valle” año 1979.


Con el paso del tiempo, también se ha manifestado por otras personas, en el trascurso de estos años, con el fin de conseguir una mejora. Ahora estamos en obras, en el mismo barranco colocando una nueva pasarela, la que también ha costado lo suyo. Pero todos se agradece, por muy tarde que llegue. Nos hemos encontrado con una nueva sorpresa está semana, donde hemos observado a un equipo de topógrafos, realizando sus mediciones, en intercambio de días, esperemos que esto sea una buena señal. Como dice el refrán, el que he puesto en algunas ocasiones; “Nunca es tarde si la dicha es buena”. En esta ocasión se ha estado revindicando, desde 1979, hondar dicho barranco, con el fin que la guagua conocida por la “Ramona 382”, pueda seguir el recorrido hasta el final de barrio, de esta manera esta guagua haría un mejor servicio a los ciudadanos. Ya que la misma, parte con sus salida desde la plaza de los Reyes Católicos, pasando por el centro de la cuidad, recorriendo varios barrio como es San Antonio hasta llegar al final de la Calle Nueva. Si se realiza un puente, uniendo las dos calles, está guagua 382, podría llegar al Centro de Salud, tomando la Avenida de Tejera, Avenida Archipiélago, has llegara al Instituto María Trujillo, de esta forma se ahorraría esa otra guagua, conocida por la del “Machete”, que esta pasa de dos en dos hora. Donde su recorrido es por fuera del barrio (Carretera General), donde por este lugar pasan guaguas de media a media hora. Sin embargo, el servicio de la “Ramona 382”, subes a la hora, baja a la media. Donde muchas personas vienen al Médico, muchos vecinos, vecinas y alumnos, y otras personas que van a trabajar y suben de trabajar. Hoy día, cuando llueve, los vecinos no tienen por donde cruzar. Ya en su día concretamente en el año 2009, un temporal, arrasaron varios coches que fueron a llegar cerca a la playa jardín. A raíz de este momento fue cambiada la guapa de lugar, donde aún les queda más lejos a los vecinos.

Espero que el Cabildo ya que inició las obras a 500 metros de esté lugar, que es la pasarela del puente de hierro, pues que sigan con los trabajo como es este puente, que llevamos reivindicándolo de la seña antes mencionada 1979. Con el fin que los vecinos pasen con total seguridad, como que la guagua pueda llegar al final del barrio. Entre otras cuestiones, de esta manera queda comunicado el Puerto de La Cruz con el barrio mayor de este municipio, a través del transporte público.

CENTENARIO DEL REAL UNIÓN

Salvador García Llanos

A Álvaro Castañeda, su cronista puntual.

Anda el Real Unión de Tenerife de celebración centenaria. Si antes ya era llamado “el histórico”, con mucho más fundamento hay que reconocer ahora su trayectoria en el fútbol territorial, en cuya Primera categoría milita porque nadie está libre de los reveses y de los vaivenes competicionales. Le ha correspondido a Francisco del Pino, unionista de pro, actual presidente, afrontar la programación de los actos. Felicitaciones de antemano.

El Real Unión no ha sido -no es- un equipo más de nuestro pequeño universo balompédico. Originario del popular barrio El Cabo, en la capital tinerfeña, su núcleo fundacional hay que encontrarlo en 1915 con el nombre Sociedad de Fomento del Cabo, bajo el lema “Instrucción, deporte y recreo”. El término Fomento nunca se perdió la del todo: décadas después, muchos santacruceros seguían identificando al Real Unión con ese nombre. Es más, cuando el club estuvo a punto de desaparecer, allá por los años ochenta del pasado siglo, inventaron el lema de una campaña de “resucitación”: “Un momento, juega el Fomento”.

Pero el club trascendía su representación del que fuera populoso barrio capitalino. Después del Tenerife, el Unión, que para eso jugaba en el “Rodríguez López” y disputaba los lunes o los martes encuentros amistosos con los equipos de Segunda división que venían a jugar con el Tenerife. El club ya lucía galones históricos, pese a que fue desposeído de su realeza en 1932, tras el advenimiento de la República. Ya había aportado jugadores a escuadras peninsulares y ya había conquistado títulos provinciales y regionales.

Hay un nombre estrechamente vinculado a la historia del Real Unión: Luis Guiance Abreu, verdadero factótum durante décadas. Guiance, que había entrenado con el Real Madrid en sus tiempos mozos, era oficial del Ejército y dedicó al club todos los empeños posibles. Por esa razón, decían que los árbitros y la Federación favorecían al equipo que vestía de granate. Guiance iba a todas partes, era usual verle en cualquier campo desgañitándose a favor de los suyos o lamentando algún lance desfavorable. Su influencia para incorporar al equipo jugadores que venían a cumplir el servicio militar a la isla era evidente. En los años setenta, fue uno de los promotores del Trofeo Teide, una de las competiciones veraniegas más antiguas del país. Participó el Unión en las primeras ediciones y de hecho ganó la segunda a Puerto Cruz -los equipos regionales habían eliminado sorprendentemente a Tenerife y Español, respectivamente- en la única final disputada en el Rodríguez López.

Pero antes, quedaron para la historia títulos y partidos memorables. Y procesos de rivalidad, primero con otros equipos capitalinos, como Toscal y Atlético Buenavista; y luego con el Estrella lagunero y otros equipos norteños. El Real Unión se vio siempre apoyado por núcleos de aficionados. En cierta ocasión, las guaguas que les desplazaron al Puerto de la Cruz estuvieron dando vueltas a la plaza del Charco mientras entonaban insistentemente: “No hay en el mundo dinero/ para comprar los colores/ los colores del Unión/ ni se compran ni se venden”, en alusión a un episodio de amaño de resultados que se registró en un Puerto Cruz-Silense. A principios de los ochenta, como consecuencia de una reestructuración de categorías, fue uno de los veinte equipos canarios que estrenaron el grupo canario de Tercera división, estrato que perdería cuatro años después.

Cien años de un club de fútbol son una fecha digna de ser reconocida, aún desde la modestia. El histórico tiene razones sobradas para sentirse así y para lucir orgullo.

EL BURRO DE LA VERA


Gregorio Dorta Martín

Seguramente el barrio de La Vera no es popular por su Semana Santa y aunque la misma atesora una enorme riqueza de tradiciones, anécdotas y curiosidades que, en cierta forma, la puntualizan o le otorgan. Son los elementos característicos, por encima muchas veces de los puramente oficiales, que le proporcionan a las procesiones de la Vera su particular idiosincrasia. No tiene la menor importancia que la mayor parte de las veces queden sólo en la culminación del barrio, de su antiguo párroco más notorio y jocoso, DON PEDRO el cura, en compañía perpetua y fiel como la de MELCHOR, y al salir o pasar la procesión por delante de su propia casa e hizo que cada paso de cada una fuera algo grandioso, algo masificado, glorioso y bárbaro. No era para menos.

La Semana Santa de mi barrio comenzaba como todas, bueno como casi todas…con la procesión de los palmitos, misericordioso…eso sí, los palmos muy livianos en las manos de todos los vecinos, pero ese burro con el Jesús encima pesaba no dos kilos, ni cien, creo que pasaba más de 700 kilogramo. No dramatizo, creo que me quedo corto. ¡Vaya barbaridad! No sé quién fue su escultor, si Miguel Ángel, Salvador Dalí o el belga Louis Van Der Vule  y todo porque lo hizo tan pesado y  molesto que conste, cuando salía cada año en el DOMINGO RAMOS no había vehículo, ni rueda, ni nada para arrastrarlo, iba en hombros de los vecinos, así hubo cierta época que nadie quería cargarlo, más de una vez le oí gritar a un cargador ¡¡Vaya, burro!! o algunos más directos, manifestaba “Que lo carguen Don Pedro, el cura”, Melchor y Don Esteban (que en paz descanse). Dichoso burro de la Vera, con su estandarte, su Jesús y sus palmos encima, era o fue creado para reventar el hombro a cualquiera.

Todo ello fueron los elementos característicos, por encima muchas veces de los puramente oficiales, que le proporcionan a las procesiones de la Vera su particular idiosincrasia. No importa que la mayor parte de las fechas queden sólo en la intrahistoria de los cargadores o de las agrupaciones. En ellos, sin embargo, pervivirá para siempre el recuerdo, hecho presente cada año, de tantos hechos y tantos momentos que dejaron huellas indelebles en aquellos vecinos y apasionados que fueron sus protagonistas y en los que los sucedieron recordándolos.  No exagero si digo que el burro entre los colindantes fue más popular que el propio Jesús que iba encima del pedazo animal con una hoja de palma, con sus flores hermosas de primavera, todo eso componían un buen cuadro bello y pintoresco que a pesar de los años aún perdura en la retina de todos de aquellos muchachos que en esa etapa cumplíamos 18 a 20 años. La gran mayoría por no decir todos nos pasaba los ratos de ocio y de entretenimiento todas las tarde en el “Club Fuerza Nueva”, que después en los años de las dictadura a instancia de la propia Guardia Civil que se había presentado en el círculo como Nueva Fuerza, luego participábamos en todos o la mayoría de actos religiosos y cuando no había mucha gente para cargar los santos, allí estaba todo el grupo para echarle una mano a DON PEDRO el cura, que se las veía y se las deseaba para sacar al burro en la procesión de los palmitos. Por mi altura casi siempre me escapaba, mi único compañero era el amigo Ulises (q.e.p.d) y encima nos poníamos detrás y cuando bajaba la rampa del Bar Tinerfe a la Iglesia, los cargadores de la parte delante soltaban gritos de auxilio que nombraban hasta nuestras madres. Además, no sé en qué año y porque motivo hubo cierto cargadores a instancias de Don Pedro, el cura  que salieron corriendo o volando con el burro a cuesta y aquello fue muy comentado, es decir en una procesión que normalmente tardaba cuatro horas, esta hizo un auténtico record de una y media o dos horas. La verdad que los cargadores terminaron en aquella etapa sin ganas de volver a repetir semejanza hazaña. Seguro que más de uno que estará leyendo ese artículo y que sea del barrio se estará recordando todas esas aventuras de las peregrinaciones de Semana Santa de la Vera. De la misma manera, recuerdo también que debajo del gran estandarte del burro con Jesús encima había bebida y comida y lo menos que había era agua, fue también algo muy curioso de la Semana Santa que tanto aún recordamos.

En fin, en aquella etapa éramos un ejemplo de barrio, había excelentes vecinos y una Semana Santa muy pintoresca, ocurrente y muy seria. Sin embargo, lo peor tocaba el primer domingo cuando había que sacar a hombros al burro de La Vera.