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jueves, 21 de noviembre de 2019

EN EDUCACIÓN EL CAMBIO ES LA ÚNICA CONSTANTE

Pastor Abreu, Antonio

La humanidad se enfrenta a revoluciones sin precedentes. Todos nuestros relatos antiguos se desmoronan y hasta el momento no ha surgido ningún relato nuevo para sustituirlo. ¿Cómo prepararnos y preparar a nuestros hijos para un mundo de transformaciones sin precedentes y de incertidumbres radicales?

Un recién nacido ahora, tendrá treinta y tantos años en 2050. Si todo va bien, ese bebé todavía estará vivo hacia 2100, e incluso podría ser un ciudadano activo en el siglo XXII. ¿Qué hemos de enseñarle a ese niño o esa niña, que le ayude a sobrevivir y a prosperar en el mundo de 2050, o del siglo XXII? ¿Qué tipo de habilidades necesitará para conseguir trabajo, comprender lo que ocurre a su alrededor y orientarse en el laberinto de la vida? Por desgracia no tenemos respuestas a estas preguntas. Dice el Profesor Yuval Noah Harari.

Probablemente, algunas personas vivirán mucho más que en la actualidad, y el cuerpo humano podría experimentar una revolución sin precedentes gracias a la bioingeniería y a interfaces directas cerebro-ordenador. De ahí que muchas de las cosas que los chicos aprenden hoy en día serán irrelevantes en 2050. Demasiadas escuelas se centran en que se aprenda de memoria, la información. En el pasado esto tenía sentido, porque esta escaseaba, e incluso el lento goteo de la información existente era repetidamente bloqueado por la censura.

Cuando aparecieron las escuelas modernas, que enseñaron a todos los niños a leer y a escribir y les impartieron los datos básicos de geografía, historia y biología, supusieron una inmensa mejora. Sin embargo, en el siglo XXI estamos inundados de una cantidad enorme de información, y ni siquiera los censores intentan impedirla. En cambio, están atareados difundiendo desinformación o distrayéndonos con sin importancia.

La gente necesita la capacidad de dar sentido a la información, de señalar la diferencia entre lo que es, y no es importante, y por encima de todo, de combinar muchos bits de información en una imagen general del mundo. Ahora nos hemos quedado sin tiempo. Las decisiones que tomemos en las próximas décadas moldearán el futuro de la propia vida, y podemos tomar estas decisiones solo a partir de nuestra visión actual del mundo. Si esta generación carece de una concepción cabal al respecto, el futuro de la vida se decidirá al azar.

¿Y por qué arde la educación? ¿Qué tendremos que enseñar? Muchos pedagogos expertos indican que en las escuelas deberían dedicarse a enseñar las 4 ces: Pensamiento crítico. Comunicación. Colaboración y Creatividad. De manera más amplia, tendrían que restar importancia a las habilidades técnicas y hacer hincapié en las habilidades de uso general para la vida.

Lo más importante de todo sería la capacidad de habérselas con el cambio, de aprender nuevas cosas y de mantener el equilibrio mental en situaciones con las que no estemos familiarizados. Para estar a la altura de 2050, necesitaremos no solo inventar nuevas ideas y productos. Sobre todo necesitaremos reinventarnos una y otra vez. Si no te molesta que te llamen, culo de mal asiento, “El cambio, es la única constante”.

*Miembro de la Asociación Iberoamericana de Periodistas Especializados y Técnicos (AIPET).

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