José Peraza Hernández
En esta primera conmemoración de tu partida, quiero
recordar los momentos que compartimos: las risas, las conversaciones
interminables y las aventuras vividas. Has dejado una huella imborrable con tus
líneas, querido Esteban Domínguez. Te echo de menos cada día.
Tu espíritu libre y tu energía contagiosa siguen
vivos en cada recuerdo, en cada anécdota que compartimos. Aunque físicamente ya
no estés con nosotros, sé que tu luz brilla en algún lugar, guiándome y
protegiéndome.
Al llegar estas fechas del mes de junio, solías
llamarme para decirme: “Pepe, tengo unas líneas para las fiestas del Carmen” o
cualquier otra celebración. Me llamabas también para avisarme de que me
enviabas una foto con la intención de que la remitiera al periódico El Día,
cómo al Diario de Aviso, o me contactabas para preguntarme si había recibido el
artículo que mandabas desde la Librería Arlequín de San Agustín.
Me despido con mucho afecto. Te recuerdo con cariño,
porque tú eras de los pocos que me llamaban Pepe, algo que aún hoy algunos
mantienen. Sé que algún día volveremos a encontrarnos.
¡Feliz primer aniversario, estimado Esteban!
Besos al cielo. Descansa en paz.
Tu amigo y compañero
José Peraza Hernández