Lorenzo de Ara
Que existan en España partidos moderados y
constitucionalistas es la consecuencia directa de tener una mayoría de
ciudadanos moderados y constitucionalistas. Buena noticia. Lo que da por cierto
dicha afirmación de la Vice, es que también en España existen partidos
extremados y anticonstitucionalistas, pero al igual que sucede con los buenos
de la película que se rueda desde el pasado 20 de diciembre, este hecho
constata que dichos partidos peligrosos son apoyados por un número no menos
importante de ¿ciudadanos?
Naturalmente hay que apelar al buen juicio de los partidos
moderados y constitucionalistas, pero la sorpresa es mayúscula cuando algún que
otro partido ubicado en el lado correcto de la fuerza se fotografía y consigue
acuerdos con algún que otro partido del lado oscuro de la fuerza. Y también,
arrinconados en las cloacas del Estado, buscan la mejor forma para doblegar al
Estado de derecho, pero sin que nos percatemos de ello.
Lo llaman el arte de la política. Los lectores narcotizados
por la memez asociativa aseveran que todo está muy clarito en "El
Príncipe" de Nicolás Maquiavelo, lo cual denota su abisal existencia. Pero
ni es una cosa ni es la otra. Es sencillamente partitocracia. Así como un día
las aves dejarán de dominar los cielos, y serán los drones los dueños y señores
de los aires, así es la partidocracia, la buena y la mala en el presente.
Moderados, constitucionalistas, extremados y anticonstitucionalistas. Partidocracia.
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Joan Tardà y su gracieta para pasar este día tan caluroso.
Joan y otro nuevo intento de hacer reventar la bendita paciencia que el pueblo
español bebió en 1978. Nos emborrachamos de paciencia. Ni ETA pudo con esa
paciencia democrática que para sorpresa del mundo civilizado tiene el pueblo
español. Joan, por tanto, ante lo que fue ETA, no es más que el pesado mosquito
que de repente hace acto de presencia para intentar convertirse en el
protagonista de la jornada. Ya sabemos cómo se termina con la aparición
inesperada de los mosquitos. Joan también es muy consciente de ello.
Lo que deja pelín perplejo al lector es lo que el
chisgarabís entrevistado por la agencia EFE dice sobre el TC. Vaya, vaya, vaya.
Y lo de que la Constitución está muerta en Cataluña, también tiene su aquel,
¿no les parece? Todo lo demás es una repetición anodina del muchachote que
discursea ya que España es generosa y deja que bravucones, vividores y
zascandiles hagan acopio de notoriedad y otros privilegios. Pero lo del TC, no
sé, a un servidor le produce cierta tristeza. ¿Estará en lo cierto Joan? Quiero
decir, ¿habrá llegado a tal punto de poder la partidocracia (Joan está en ella)
que hoy el TC no pinta nada? ¿Estará fenecida la Constitución ante los muchos
tentáculos de partidos omnipresentes?
Pero Joan es incorregible. Y, además, si lo observamos con detenimiento,
cierto parecido tiene con Gandhi. Sí, sí, es clavadito al pacifista. Incluso en
el uso del vocabulario es un calco del Mahatma. Y esa vocecita. Joan es un
santo catalán que tras subir a los altares hará multitud de milagros,
convirtiéndose, es natural, en patrón de fabulistas y cuentistas.
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