sábado, 6 de agosto de 2016

EL TURISMO QUE VIENE, A EXAMEN

Antonio-Pedro Tejera Reyes

LA HISTORIA ES IRREBATIBLE
 “Algunas veces detrás de la justicia
se esconden la ignorancia y la maldad.”

Allá por los años ochenta del pasado siglo, el presidente del Parlamento de Canarias, Victoriano Ríos, en una visita a Venezuela, nos hizo unas declaraciones que recogimos en las páginas del periódico EL DIA. Decía está señalada personalidad de la política canaria, que canarios serios, creadores, honrados, emprendedores e inteligentes, eran los que abandonaban las islas.

Esta aseveración, sin lugar a dudas, esta concatenada con las decenas de pueblos y ciudades de América fundadas por canarios, sin nombrar los miles de empresas de todos los tamaños que tenemos sembradas por todas esas benditas tierras, signos evidentes de una honradez y un trabajo constante que hemos tenido oportunidad de contactar en decenas de lugares de este vasto territorio americano.

No viene todo esto a la memoria ante la magnífica exposición que ha hecho el profesor Juan-Manuel García Ramos sobre la figura del padre jesuita José de Anchieta, publicada en este diario el pasado año, destacando al inmortal lagunero, fundador, nada más ni nada menos, que de una de las ciudades más grandes del mundo: Sao Paulo, en ese inmenso Brasil donde cabe toda Europa y aún sobra sitio… Imperecedero el recuerdo de la emoción que nos embargó inmersos en el sensible espectáculo de luz y sonido que los paulistas han colocado en Patio de Colegio, el lugar que según relata la historia, fue donde se inició aquella extraordinaria urbe, y donde el Santo Padre Anchieta impartía su apostolado.  Una emoción inenarrable, vivida en los años setenta del pasado siglo…

Quizás el motivo de toda esta situación la tengamos en las serias limitaciones a que están sometidos los habitantes de estas pequeñas islas, en cuanto a su desarrollo personal, constreñido por unas leyes foráneas que no permiten “levantar cabeza” por encima de los estándares colonizadores que las azotan desde hace más de quinientos años.

No se puede justificar de otra manera – por ejemplo - la situación en que se encuentran los aeropuertos canarios sin poder llegar a ser la parada clave en el itinerario América-Europa, cuando esta escala supondría un importante incremento para el comercio y la prosperidad de las islas, sin contar la afluencia turística que también sería otro rubro más para aplicar a su activo. Tímidos intentos ocurridos en el pasado han sido abortados sin unas razones válidas, posiblemente ocultas en intereses políticos, cuando desde el punto de vista económico parece increíble que compañías aéreas cuyos cupos de viajeros han estado cubiertos hasta en un 100%, hayan abandonado este destino, sin que haya mediado ningún tipo de explicación coherente. Se hace muy difícil explicarse la supresión de la escala que hacían durante muchos años las compañías españolas en las islas, en sus recorridos hacía América, cuando hemos estado bien informados al máximo sobre la rentabilidad de estas operaciones en la ruta Madrid-Canarias-Caracas, gracias a una relación comercial que sostuvimos con los más destacados personajes de IBERIA, en Venezuela y Canarias, e incluso en Madrid, algunos grandes amigos nuestros que no vamos a nombrar por razones obvias.

Todo esto viene a cuento, para relacionarlo con el título de nuestro artículo de opinión de hoy, cuyo único pro-pósito es poder dormir con la conciencia tranquila por haber expuesto públicamente algo que hemos sentido y vivido en nuestro entorno durante muchos años, donde todos los hechos nos dan la razón y nos dejan de forma incontrovertible, ante un panorama que no tiene forma de poder explicarse de otra manera.

Son cientos los ejemplos que podemos aportar del inmenso quehacer del canario fuera de las islas. En operaciones sin límites, fundaron, como decimos, grandes ciudades como Sao Paulo, Montevideo, San Antonio de Texas… decenas de pueblos en toda Venezuela, República Dominicana, Cuba, Puerto Rico… En el contexto empresarial, conocimos de cerca la imponente empresa AGROISLEÑA, en Venezuela, que un ilustre palmero convirtió en el referente agrícola de una nación que es el doble de superficie que España…

En el campo del turismo, las islas son hoy un destino acotado por un capitalismo feroz, cuando la realidad es que se pudo convertir en una “tacita de plata”, laboratorio de experiencias y número uno de un turismo selectivo, que llegó a tenerlo, pero que siniestras operaciones consiguieron desviar hacía el tropel en que se han convertido hoy, con una capacidad de carga en su territorio, de las mayores del mundo y un paro laboral también de los mayores del mundo. Más de lo mismo.

Acciones tendentes a prestigiar y seguir una línea de desarrollo seria y eficaz para sus habitantes, fueron y son, perseguidas y abortadas por los poderes fácticos, amparados en unas leyes colonialistas que no han permitido otro desarrollo que el interesado por quienes manejan los hilos de todo este aparato, despreciando y desprestigiando a quienes se oponen a la consolidación de “sus puestos de trabajo”, personajillos políticos para andar por casa que nunca han sentido la vocación y el riesgo empresarial porque su mezquina formación intelectual no les da para más. Ese es el escenario en que infelizmente nos ha tocado vivir, y seguir viviendo, a los canarios… Como decía el presidente del Parlamento de Canarias, hace ya más de treinta años atrás: “los serios, creadores, honrados, emprendedores e inteligentes”, abandonan las islas…

Vivimos la época, y fuimos empleados públicos, cuando a los funcionarios peninsulares se les pagaba un 40% más en sus salarios, por trabajar en Canarias. Hasta ahí llegábamos, en pleno Siglo XX.

*(Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas, ONU)   

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