sábado, 6 de agosto de 2016

APRENDER A ENVEJECER

Inmaculada González

Desde pequeños deberíamos tener una asignatura que nos enseñará cómo envejecer. Creo que muchos de los males de la Humanidad provienen de no ser conscientes de nuestra propia mortalidad. Si pensáramos que todos acabamos en el hoyo sin llevarnos nada de este mundo, no perderíamos el tiempo en atesorar riquezas innecesarias, en odiar, en envidiar...el tiempo es oro y no debe desperdiciarse ni un sólo minuto…Y todo esto viene a que me he acordado que en las pasadas elecciones estuve en una Mesa Electoral en una zona de mi localidad con un alto nivel adquisitivo...Andaba yo quedándome de mis varices a mi compañera, cuándo llegó una votante que de espaldas parecía tener 18 años. Se dio la vuelta y era el muñeco diabólico de lo estirada que tenía la cara. Llegó otra y sus pechos siliconados eran tan evidentes...y así ocho horas... Me encantó. Ese día decidí lo que nunca querría ser...un patético intento de retener la juventud de cara a la galería perdiendo mi tiempo, mi oro... la arruga es bella.

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