Javier Lima Estévez
En
torno al origen del Santo protector que actuó en Los Realejos y los motivos de
su festividad, se ha escrito que: “San Vicente, de origen valenciano, está
ligado a la historia local. En su
onomática, 22 de Enero de 1609, cuentan las crónicas que se cesó la maligna
peste de Landres (tumores malignos) que afectaba a la población. El Santo
Mártir había sido el protector, según la creencia popular”.
Sobre
la imagen de San Vicente en Los Realejos se conoce poco. Destacan los estudios del profesor de
Historia del Arte de la ULL, Gerardo Pérez Fuentes, así como la obra San Vicente. Cuatro siglos de devoción en
Los Realejos. Sobre el origen de la imagen se han planteado algunas hipótesis,
entre las cuales, vemos como se ha dado: “A San Vicente un posible origen
flamenco muy temprano, descartado luego por su hipotética hechura andaluza en
la misma centuria, o las a nuestro juicio más acertadas en cuanto a su cercanía
a un taller insular del siglo XVII….con una atribución a Sebastián Fernández
Méndez el joven (1770-1772), eminente
artista tinerfeño cuyo arte despuntó en el segundo tercio del siglo XVIII”.
La
ermita de San Vicente se edificó al parecer por mandato del Regidor de Tenerife
Juan de Gordejuela durante el siglo XVII. Ha variado muy poco la estructura a lo
largo de la historia, siendo esta “de muros blancos y con puerta de cantería,
se techa con una armadura de carácter mudéjar. El retablo mayor, policromado a
la manera del siglo XVIII, contiene la imagen de su titular, obra de vestir,
que porta los atributos iconográficos más característicos: libro, palma de
martirio, cuervo y racimos de uvas”.
Actualmente
la ermita posee una placa a la derecha de la puerta principal en la que podemos
observar el motivo por el que los vecinos recordaron ese momento.
En
este año 2014 se han desarrollado las celebraciones en torno a San Vicente,
cumpliéndose el 405 aniversario del voto a tal Santo, en recuerdo de la fe que
un día el pueblo puso en Él para acabar con tal mal, con actos en dicho barrio
realejero, al cual acuden vecinos del municipio y de otros lugares a sus
fiestas, constituyendo el día central el 22 de enero, cuando el Santo es sacado
en procesión acompañado por los miembros de la corporación municipal, numerosos
fieles, así como la banda de música a lo largo del recorrido que dura varias
horas. De esta forma se continúa renovando el voto, que conmemora el fin de una
epidemia que afecto a la localidad y que la intermediación del Santo libró de
mayores desgracias.
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