sábado, 11 de agosto de 2018

LAS LUPERCALES (FIESTAS PAGANAS CELEBRADAS EN LA ANTIGUA ROMA)


Rosa Dalila Bretón Escoto

¡Gracias Señor, Por Este Nuevo Día!

El pasado 8 de julio del año que discurre, publiqué en las redes sociales (Facebook), el artículo titulado “Las Saturnales”, fiestas consideradas paganas celebradas en fechas distintas a las que nos referiremos en esta ocasión.  Tal como les prometí  compartiré con ustedes importantes detalles sobre Las Fiestas Lupercales, consideradas también fiestas paganas y obscenas.

El nombre de Lupercales deriva supuestamente de Lupus (lobo, animal que representa al Dios Fauno o Luperco,  de Hircus macho cabrío un animal impuro, Dios de la fertilidad masculina. Según cuenta la leyenda, bajo un Árbol de Higuera (Ruminalis), se iniciaba la fiesta con invitados especiales;  una congregación de hombres jóvenes o sacerdotes llamados Lupercos o Lupercis (amigos del lobo).

Para participar en Las Fiestas Lupercales los convidados se vestían con pieles de animales sacrificados o lo hacían desnudos, iniciaban una carrera frenética alrededor del Monte Palatino, dotados de unas tiras de cuero, o correas de piel de cabra (Februa), con las cuales azotaban a todo el que pasara cerca, en especial  a las mujeres, como un símbolo para asegurar su fertilidad; por lo cual en el gobierno de Augusto se le dio mucha importancia a dicha fiesta, porque existía un nivel bajo de nacimiento de niños en esta época. Estos actos se consideraban “Actos de Purificación” y también “Februatio”.


En el año 494 el cristianismo reciente las nombraba “Fiestas Lascivas”, y más adelante el Papa Gelasio I las condenó, prohibió y sustituyó por “La Fiesta de la Purificación de la Bendita Virgen María” y se celebrarían el 2 de febrero.

Estas fiestas también fueron incluidas en las artes: en la literatura el poema dieciocho del  libro de Las Odas III (Carmina), del poeta lírico y satírico latino Horacio, se describen Las Lupercales; además es un Himno dedicado al Fauno pidiéndole que bendiga su ganado y sus campos; y en La Tragedia de Julio César, William Shakes  habla de las fiestas y ordena tocar un canto a su cuarta esposo, para que ella pueda concebir.


Deseo un resto de semana de paz y reflexión profunda a todos los seres que amo, los que se relacionan conmigo y a los que no conozco.

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