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martes, 9 de agosto de 2016

LA VENTANA Y SU POSTIGO

José Peraza Hernández

¿Quién no recuerda, lo que fue el postigo en aquellos años? Hoy día van quedando muy pocos, eso solo se puede observar en las casas antiguas, como terreras.

Hoy día no está de moda, eso ya pasó. Pero sí, los que tenemos algo de canas, y otros con poco pelo, sí que nos acordamos del antiguo postigo, cundo pasábamos por cualquier calle, cuando ibas de paseo, o para ir al trabajo, veías los postigos medios abiertos. Donde la vecina, o propietaria de la vivienda, con la mano levantada esa parte de la madera la que llevaba dos bisagras en la parte superior de la ventana.


El sentido principal era, y es, la rapidez de cruzar la vista atreves del postigo, para poder ver, como si oyera, algún ruido extraño. También, porque sintió hablado alguna persona por la calle, y se asoma a ver quién es. Otras de las opciones es sentarse en el relleno de la ventana, donde hay dos asientos, para coser los calcetines, hablar con alguna de la misma casa, y de igual manera, hablar con alguna otras vecina o persona que pasa por delante de la (ventana), postigo que va acoplado a la misma. Así podía también “golifiando”, y otra cosa muy importante es, recibir el aíres. Eso que no falte.

Es curioso, he visto turistas, quedándose mirando, y sacándoles fotos. Que sucede, que el postigo es una cosa de antaño. Y uno lo mira con esa alegría, yo recuerdo ver a dos vecinas, y a la vecina de enfrente, hablando las tres hasta las cuatro desde el postigo.

Hace uno memoria, y se pregunta, como ha pasa el tiempo.

Historia de eso años qué, han quedado atrás, también se usaba ver pasar los entierros, ver pasar la Virgen en procesión, donde la gente que pasaba por debajo del postigo, le saludaba.

También hay que mencionar qué, si son mayores, pasaban la tardes, y ver el atardecer, para luego cerrar el dicho postigo. Eso era la hora de preparar la cena, como de recogerse.

Que tiempo aquellos, eso en ese tiempo, no se le ponía importancia, era normal. Pero hoy, como quedan pocos, y observas esos bellos rincones, donde puedes también ver el postigo trabado con una varilla. Para que el aíre ente a la casa. Pues, es llamativo, y da alegría. Céreo que, a la juventud, no le pone la importancia, claro qué, seguro que alguno puede a ver.

Que dichoso es el que conoces cosas de antaño, como por ejemplo a mí. Que al pasar por la calle Nieve Ravelo, de Puerto la Cruz, puede observar esta imagen del postigo. Y me llamó la atención, porque hacía años que no pasa por ahí, y de igual forma hacía tiempo que no me había fijado en ello.

Quiero hacer llegar estas líneas, para muchos, que estoy seguro que lo recordaran de la misma manera, y otros, con diferentes novedades. Adjunto la fachada con su postigo entre abierto, ya que, en la tarde de hoy, hacía mucho calor.

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