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viernes, 7 de marzo de 2014

MEJORA Y ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN TELMO”

Autor: Nicolás González Lemus

Doctor en Hª Contemporánea por la ULL

El Cabildo Insular de Tenerife, a través de Turismo de Tenerife, en colaboración con el Consorcio de Rehabilitación y Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, pretende realizar el proyecto “dentro del programa del Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad del Puerto de la Cruz. En el actual proyecto de “MEJORA Y ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN TELMO” se contempla la supresión del actual mobiliario (bancos, vegetación, pérgolas, incluso la eliminación del muro) porque carece de valor patrimonial al considerarlo producto de las obras aprobadas en 1975. Según se pretende, se procederá, entre otras obras, la sustitución del pavimento de canto del río blanco por piedra porosa, construcción de un voladizo de madera para ampliar el paseo, colocación de nuevo mobiliario urbano, desaparición del muro histórico actual para colar en su lugar una barandilla de acero inoxidable rematado con madera, y tratamiento de fachadas. Contó con el dictamen favorable de la Comisión de Patrimonio Histórico de fecha del 5 de noviembre de 2012. Según los responsables del proyecto, las obras a realizar respetan escrupulosamente toda la normativa aplicable en sus aspectos técnicos y de respeto a la zona considerada Bien de Interés Cultural (BIC), la ermita de San Telmo, con categoría de Monumento, y su entorno, incluido el único tramo de muralla que se conserva de la antigua batería de San Telmo.

Con un presupuesto que asciende a 1,6 millones de euros, el proyecto “MEJORA Y ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN TELMO” se presentó en una rueda de prensa el día 5 de febrero del año 2013. Cuatro meses después empezaron a escucharse lasprimeras muestras de desacuerdo entre un amplio sector de la población, desde historiadores, doctores, profesores, investigadores, especialistas, turistas y vecinos que conocen la historia, la cultura y la idiosincrasia del lugar, hasta llegar a formarse una asociación, Plataforma Ciudadana Maresía. Gran parte de la población considera que todo el tramo del PASEO DE SAN TELMO (desde la ermita de San Telmo hasta la calle Santo Domingo) tiene valor funcional, histórico y patrimonial, razones por lo que es justificable su protección. También un valor artístico por estar la mano de César Manrique en su ejecución.

La entidad Plataforma Ciudadana Maresía me ha solicitado que le elabore un informe geográfico e histórico para ver si en el perímetro del paseo desde la ermita de San Telmo hasta la calle Santo Domingo tiene valor patrimonial alguno para su posible protección. Sin duda alguna, la desaparición del muro que lo atraviesa longitudinalmente y la colocación de un nuevo mobiliario.

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urbano son los ejes vertebrales sobre lo que gira gran parte del cuestionado proyecto “MEJORA Y ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN TELMO” por una gran parte de la ciudadanía de las islas, y en particular la del Puerto de la Cruz. ¿Es o no es el muro de San Telmo una construcción histórica? ¿Hay algún valor patrimonial en el actual mobiliario urbano? Vamos a razonar por separado estos dos aspectos del emblemático rincón de la ciudad, así como el valor paisajístico del actual PASEO DE SAN TELMO.

Antes de empezar con el análisis histórico me gustaría adelantar algunas consideraciones de carácter metodológico sobre una cuestión: ¿qué patrimonio se merece conservar? El muro, tal como está hoy, es un icono del turismo contemporáneo y también un símbolo de identidad del paisaje marino y urbano del Puerto de la
Cruz. Es pues, un paisaje histórico dentro del conjunto urbano de la ciudad, acción de la actuación del portuense desde hace décadas que no necesita la destrucción de sus valores patrimoniales. Sin embargo, carece de Bien de Interés Cultural (BIC), y la Administración local nolo considera de valor patrimonial; luego no justifica su protección.

Más allá de la normativa en uso, siempre interpretable según quien la maneje, la protección del patrimonio es un terreno tremendamente pantanoso porque cada organismo de la Administración (ya sea Ayuntamiento, Cabildo u otro similar) tiene su catálogo de BIC para protección de bienes muebles e inmuebles, pero muy variable a la hora de aplicar su propio criterio a otros niveles, ya sean sobre calles, pavimentos, paisajes u otros bienes inmateriales donde intervienen más las razones de sensibilidad que las razones materiales. Es una compleja y larga discusión entre geógrafos, antropólogos y técnicos de las instituciones que por razones obvias aquí no nos podemos detener, pero sí podemos establecer una premisa: pretender acercarnos al PASEO DE SAN TELMO barajando los parámetros de BIC o no BIC no contribuye, en absoluto, a un debate serio, histórico, geográfico y científico del tema en cuestión. De lo que se trata es ver si hay algún elemento patrimonial que justifique su protección.

Parto de la siguiente hipótesis: el muro que recorre longitudinalmente el PASEO DE SAN TELMO en el Puerto de la Cruz es histórico y, como tal, se debe de rehabilitar, pero no eliminar o destruir. Para tal afirmación me he basado en la consulta de las fuentes disponibles, entendiendo que las fuentes constituyen la materia prima de la Historia. En sentido general, las fuentes históricas escritas son de dos tipos: primarias y secundarias. Lamentamos que las fuentes escritas primarias, apoyo básico para construir la Historia, fueran destruidas tras el incendio del archivo local en 1925, por ello, he recurrido a las secundarias, historiográficas, las que se elaboran a partir de las fuentes primarias.

Las únicas fuentes escritas existentes es la del historiador, cronista y alcalde José Agustín Álvarez Rixo, en sus Anales del Puerto de la Cruz de La Orotava (1701-1782), las del decano de la historia de Canarias.

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José de Viera y Clavijo, en su monumental obra de Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, y la del general José María Pinto de la Rosa, Apuntes para la Historia de las Antiguas Fortificaciones de Canarias, rescatada por el coronel Juan Tous Meliá.

Valor histórico del muro del Paseo de San Telmo Según se desprende de las Sinodales del Obispo monseñor Pedro Manuel Dávila y Cárdenes, la batería de San Telmo no existía en el año 1733,1 sin embargo, Viera y Clavijo, en la Historia General…, afirma que en 1707 “el general había mandado entregar al nuevo gobernador del Puerto de Orotava [Puerto de la Cruz], municiones y pertrechos… que había nombrado un capitán de trincheras y un
castellano de la batería de San Telmo.2 La batería, hoy desaparecida, pertenecía al “Ramo de la Guerra” y era de planta poligonal irregular y consistía en una garita y un pequeño repuesto. En el centro aproximadamente de la batería existía una capilla y sacristía que no pertenecía al ejército. Medía unos 1.302,94m². Hoy solo se conservan la garita y la ermita. Estaba rodeado por un parapeto de mampostería ordinario de barbeta de unos 80 centímetros de alto y como la batería de Santa Bárbara, la explanada era de loseta basáltica.3 Estaba situada sobre unos riscos bastantes elevados y escarpados sobre la ribera del mar y solía, en muchas ocasiones, “estar batida por sus olas”. La batería era el límite de la población.

Hacia el naciente no había construcción alguna. Solo la otra batería San Carlos, construida en 1770, y la extensa costa de Martiánez y terreno rústico cultivable. Desde la batería San Telmo se llegaba a la calle de Santo  Domingo para entrar al grupo poblacional del caserío a través de un paseo de tierra intransitable. A solicitud hecha por el Personero y Administrador de la Real Aduana, Matías Gálvez Gallardo en el año 1767 se procedió a la construcción de una muralla,4 pues el paseo “era una empalizada a trechos, piedras y riscos”, es decir, era un cerco. La muralla se remató con un muro. El muro es el remate de la muralla que se levantó en el momento de la necesidad de proteger a los viandantes militares y civiles, cada vez mayor en número, tras la limitada urbanización del paseo de San Telmo iniciado en el siglo XVIII, para alejar la peligrosidad por su elevada altura con respecto al nivel del mar y, por último, combatir la maresía que ataca con agresividad por la acción de los vientos del NN y WNW.5 De hecho, la toponimia del lugar es muy alusiva a lo expuesto: “Punta del Viento”. Siendo Alcalde Real Bartolomé Miguel de Arroyo, en el verano de 1797 se empedró el paseo, “el cual era antes un guijarral, como casi todo el piso del pueblo”.6 Es evidente que el muro fue, en sus inicios, la prolongación del parapeto de mampostería ordinario que rodeaba la batería.

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En un informe sobre la batería de San Telmo, el 10 de octubre de 1843 se decía por la Comandancia de Ingenieros, lo siguiente: Desde la calle de Santo Domingo se entra en la que conduce á esta batería [San Telmo], que solo tiene casas por la derecha, y por la izquierda está la costa sobre roca bastante elevada y como para a cubierto á la batería y en defensa del fondeadero del Rey que está á su frente, hay un parapeto corrido siguiendo la configuración del terreno de ángulos muy obtusos, siendo su total longitud de 174 varas hasta la batería que es el extremo derecho de esta atrincheramiento habiendo cerrado su emplazamiento con la fuerte estacada que tiene. 7

Según los relatos históricos expuestos, el muro que recorre longitudinalmente el PASEO DE SAN TELMO por el linde norte fue construido sobre 1767. Su existencia data del siglo XVIII y se
construyó por razones muy concretas, entre ellas, facilitar la circulación de los viandantes, evitando las molestias de la brava
maresía.

Otra fuente histórica, la iconográfica, el repertorio fotográfico y pictórico que nos ha llegado hasta nuestros días. Este nuevo soporte documental nos ilustra como ha sido el muro a lo largo de las décadas pasadas. Todas presentan imágenes muy expresivas. Es imposible mostrar la enorme cantidad de fotos, óleos y pinturas del lugar, preferido por fotógrafos y artistas por su encanto paisajístico y rincón pintoresco.

Según las pruebas aportadas, escritas e iconográficas, el muro de San Telmo no es de fecha reciente. Fue construido en 1767. No se puede negar esta evidencia histórica. El muro de mampostería de color blanco ha perdurado a lo largo de la historia desde el siglo XVIII hasta que fue alterándose con el paso del tiempo para adaptarlo a nuevas necesidades, como veremos enseguida.

Pero, también a través de la documentación iconográfica se percibe el desarrollo histórico del muro, ha ido cambiando; siempre ha sido de mampostería blanco, con ligeras modificaciones de altura y estrechez. Permaneció siempre en el mismo lugar, testigo de los cambios de la calle, incluso cuando se plantea el retranqueo de la nueva línea de las fachadas a partir de la década de 1930 por su lado sur para ganarle metros donde realizar una amplia acera, un estacionamiento de vehículos y permitir la circulación. En la calle Corales se realizó una abertura y sobre cada lado del agujero se coloraron dos macetones con flores de temporada. El muro fue utilizado desde la década de los cincuenta del siglo pasado, tras la afluencia de turistas a la ciudad, lugar de venta de productos artesanales y manufacturas marroquíes. Cuando corría el lustro de 1955 y 1960 se introdujeron cambios importantes. Se abrió otro 5 agujero con su escalera para el acceso al solarium de los bañistas a la altura de la calle Sargento Cáceres y se adaptaron los voladizos de lona transparente para el hotel Cariver y luego para el restaurante Rancho Grande. El PASEO DE SAN TELMO era una calle bastante frecuentada por turistas y naturales. Pero existía tráfico de vehículos.

En el sur de la calle, pegado a las viviendas, restaurantes y hoteles, ahora también el San Telmo, estaba la acera y el aparcamiento. La calle era un bullicio sobre todo por el sonido emitido por las bocinas de los coches, declara Klaus Voormann, residente alemán en laciudad en los sesenta y anfitrión de los Beatles en el Puerto de la Cruz en 1963 y corroborado por testigos.8

En la medida en que el desarrollo hotelero había comenzado en los Llanos de Martiánez, que junto con el desarrollo turístico de la zona, con el Lido de San Telmo, las piscinas con la del mástil y el Lago Martiánez en vía de construcción desde julio de 1973, el PASEO DE SAN TELMO era el más frecuentado por los turistas al utilizarlo como el natural paso de ingreso al casco urbano. Tanto el muro como la calle estaban en muy mal estado. Ante esta situación se piensa en la transformación de la calle en un sistema viario peatonal, contemplado en el Plan General de Ordenación Urbana de 1974. Se preveía primero comenzar por la Punta del Viento por tratarse del mirador.

En el pleno municipal del 30 de julio de 1975, el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz encarga a los técnicos municipales, los arquitectos Joaquín Jalvo y Francisco Gil, la redacción del proyecto de la calle San Telmo. Fue sometido a información pública, por el plazo de un mes, el 13 de agosto. La ejecución de la obra la realizaría Luis Díaz de Losada,9 a quien le acompañaba su inseparable sobrino Rafael Prat Díaz de Lozada y su aparejador Elías Fernández del Castillo. El proyecto hace desaparecer los voladizos del Rancho Grande y de hotel Cariver sobre el muro. Se prohíbe la circulación de coches y se recupera la vía para la comodidad y disfrute del viandante.

¿Cómo afectó al muro la nueva intervención? En primer lugar, en la calle de Santo Domingo se derriban las casas terreras donde estaba el restaurante «Bélgica», inaugurado el 27 de noviembre de 1955 por el belga Albert Verburgh, y luego el Golden Blue, para lograr el actual mirador de la Punta del Viento y se realiza los accesos a los restaurantes situados debajo del mirador, previsto en el PGOU de 1974. Este tramo es de fecha reciente (1976), es decir, nuevo. Se procede a realizar una abertura para las actuales escaleras y rampas para acceder a la zona de baño, la Explanada, también construida entonces. Se traza la plazoleta en el Desembarcadero del Rey, realizado en el naciente, dentro del mismo plan de remodelación del paseo de 1976. Son las únicas intervenciones nuevas. Pero en la remodelación del PASEO DE SAN TELMO de 1976 se respeta la presencia del muro. Siguió su curso como siempre ha existido. Sin embargo, a partir de ahora, se le añadía otra razón para 6 su conservación, protege el derecho a la intimidad de los bañistas en el nuevo solárium, la Explanada.

Pero el Ayuntamiento y el equipo que estaba realizando las obras del Lago Martiánez pidieron consejos a un hombre para ver como transformar el paseo San Telmo en un paseo peatonal:10 César Manrique, el artífice de la obra del Lago Martiánez. Frente a la antigua perfumería Virginia se coloca el cartel: “Obra municipal del Acondicionamiento y Rehabilitación del Paseo San Telmo”.11 Aquí aparece la intervención de César Manrique. Hoy los técnicos de la Administración niegan la autoría de César Manrique en el diseño del paseo. ¿Intervino el artista César Manrique en el diseño del Paseo San Telmo?

Para responder a esta pregunta es necesario acercarnos a los
protagonistas de la ejecución de la obra, Luis Díaz de Losada y César Manrique.

El tándem Luis Díaz de Losada y César Manrique en el Puerto de la Cruz Cuando el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz decidió realizar las construcciones de los polígonos el Tejar y San Felipe recurrió a la contrata de Luís Díaz de Losada para su ejecución. Su padre, Luis Díaz de Losada Garro, de origen granadino, Ayudante de Obras Públicas, fue el que ejecutó los proyectos del Penitente y muchas calles del Puerto de la Cruz en la alcaldía de Melchor Luz Lima. También trabajo con Isidoro Luz Carpenter. Su hijo Luis le
acompañaba a él desde muy joven. Se hospedaban en el hotel Martiánez. De aquí procede la amistad de Luis Díaz de Losada García con Isidoro Luz y muchos otros miembros del Ayuntamiento. Todas las obras públicas de la ciudad turística recayeron en Luis Díaz de Losada. Tenía su oficina en la plaza de Candelaria. Dada las facultades que había para encontrar muchos materiales para la construcción estableció en el Mayorazgo (Santa Cruz) la fábrica TUBORD (tubería y bordillos) con maquinaria sueca y danesa, para fabricar tuberías, bordillos, pretinas, losetas para el pavimento, etc. Era vocal de la junta directiva del casino de Santa Cruz, cuando invitan a César Manrique para realizar un mural en la terraza. Aquí conoció Luis Díaz de Losada a César Manrique. Nació una estrecha amistada entre ambos.

Cuando en 1969 el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz decidió hacer las piscinas contiguas a las del Lido de San Telmo le dio la contrata a Luis Díaz de Losada. Pensaba hacer un aparcamiento, pero luego se arrepintió y decidió realizar las piscinas. Los ingenieros del proyecto fueron José Luis Olcina Alemany y Juan Alfredo Amigó Bethencourt. Desde el Ayuntamiento piden sugerencias al contratista de cómo realizarla y éste le recomienda a César Manrique, que ya 7 conocía. Es la primera vez que el artista lanzaroteño viene a la ciudad turística. Diseña las nuevas piscinas y lo más característico fue colocar una isla en su centro y el mástil de madera de un barco.

Los problemas técnicos que planteó ya César Manrique con esa obra se lo resolvían sus hombres de confianza, el encargado general de obras Antonio Mendoza (de Las Palmas de Gran Canaria) y su aparejador, Elías Fernández del Castillo, que desde estudiante hacía prácticas en la empresa de Luis Díaz de Losada por la estrecha amistad que mantenía éste con sus padres. Cuando termina la carrera ya siguió como aparejador de la empresa. Fue protagonista de todas las contratas de Luis Díaz de Losada en el Puerto de la Cruz, hasta que Díaz de Losada se jubila en 1990 y liquida la empresa. Por su parte, César Manrique estaba recién llegado de Nueva York y estaba ya bien considerado en el mundo del arte por sus cualidades como diseñador. Hablar de César Manrique era hablar de Luis Díaz de Losada y viceversa. Eran inseparables. Lo mismo se puede decir de sus colaboradores muy estrechos, Antonio Mendoza y Elías Fernández del Castillo. Es entonces cuando Cándido Luis García Sanjuán, pensando en mejorar las condiciones del entorno de la recién trazada avenida de Colón, donde se encontraba su hotel, el Tenerife Playa, le sugiere a César Manrique que se hiciera cargo de la decoración de su frente. El artista lanzaroteño aceptó la invitación y realizó el trabajo.

El conjunto quedó tan bien que inmediatamente el Ayuntamiento decidió realizar el Lago o Complejo Martiánez. Encargó la obra a los mismos ingenieros José Luis Olcina Alemany y Juan Alfredo Amigó Bethencourt. La obra resultó adjudicada a Luis Díaz de Losada y García y en la ejecución actuó como director artístico, el alma máter del proyecto, César Manrique. Manrique planteó la alternativa de aprovechar la zona como litoral recreativo a José Luis Olcina Alemany y Juan Alfredo Amigó Bethencourt, Luis Díaz de Losada y alcalde en el Café de París u Oasis, o pizzería, los protagonistas vivos no lo recuerdan bien. Allí Manrique diseñó en una servilleta la idea del Lago Martiánez. En cuanto al estilo artístico, César Manrique se inspiró en los sencillos componentes de la ermita de San Telmo y de su entorno, y en continuidad con su línea arquitectónica. A lo largo de la avenida de Colón hasta la playa de Martiánez la dotó de muretes pequeños, asientos blancos, de jardineras para flores y pérgolas.

La otra gran intervención artística de César Manrique fue Playa Jardín en el oeste de la ciudad, provocando la segunda gran transformación del litoral portuense. Fue en la década de 1980 cuando se iniciaría el ambicioso proyecto de regeneración del litoral que abarca desde el castillo de San Felipe hasta enlazar con el barrio de Punta Brava, donde se encuentran las playas de callaos del Castillo, del Charcón y Punta Brava. Fue encargada también a losingenieros José Luis Olcina Alemany y Juan Alfredo AmigóBethencourt, y César Manrique se encargó de la regeneración de 8 dichas playas, de su diseño y de su dirección artística. Flores y paseos peatonales, con amplias escalinatas, un conjunto equipado de bancos, pérgolas, enredaderas y zonas recreativas con cascadas de agua de acceso libre predominan en el diseño. La presencia de César Manrique también se manifestó en dos esculturas móviles. Es la primera Playa-Jardín del mundo.12 Estas son las obras artísticas y huellas de César Manrique que se reconocen en el Puerto de la Cruz. Sin embargo, nunca nos hemos parado a pensar si el artista lanzaroteño realizó otras intervenciones en la ciudad turística. Probablemente porque el Lago Martiánez y Playa-Jardín no estén, ni estarán amenazados de muerte, salvo por catástrofe natural o por la acción del hombre, de difícil ejecución, como sucede ahora con el PASEO DE SAN TELMO. Los defensores del proyecto de “MEJORA Y ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN TELMO”, entienden, según los informes técnicos de la Administración, que no. La misma Fundación César Manrique confirmó a Gabriela Gulesserian (D.A. 8-VIII-2013) “que en su archivo documental no hay constancia de que el prestigioso arquitecto lanzaroteño participara en la obra, y tampoco “lo constatan sus colaboradores habituales en Tenerife, que estuvieron junto a él en otros proyectos como el diseño del Lago Martiánez”. Sin embargo, la Plataforma Ciudadana Maresía considera que César Manrique dejó su huella en el diseño y mobiliario del PASEO DE SAN TELMO.
Lasimilitud entre las obras de Lago Martiánez y Playa-Jardín y las  de San Telmo son evidentes, ¿pero se puede afirmar la presencia de César Manrique en la rehabilitación y transformación de la vía en las nuevas obras aprobadas en 1975 y realizadas al año siguiente?

La evidente intervención de César Manrique Según el periodista de entonces, Pedro Antonio Fuentes, y los testimonios del aparejador de las obras, Elías Fernández del Castillo, la idea de alicatar, de recubrir, el muro fue del lanzaroteño César Manrique.


Manrique, que era un artista que siempre le gustaba actuar sobre lo que existe –según los estudiosos de su obra– sugirió recubrir de piedra basáltica el deteriorado muro,13 percatándose, a partir de entonces, un cambio en la fisonomía de este rincón emblemático. Alicató el muro de mampostería blanco con piedra basáltica, para él de una fuerte connotación de belleza.14 Todo el muro, incluso las partes de nueva construcción, y qué casualidad que es el mismo tipo de piedra basáltica del muro longitudinal que bordea Playa Blanca en Lanzarote. César Manrique la utilizaba mucho en sus intervenciones “arquitectónicas”. Es evidente que al revestir el muro con piedra aumentó su anchura y altura. Piedra basáltica que se utiliza en el muro del PASEO DE SAN TELMO de alto valor por su procedencia, porque entonces se recomendaba aprovechar las piedras históricas.15 Un informe del jefe de la Policía Local, Francisco José Gómez, con 9 fecha del dos de octubre de 2013, pone de manifiesto el gran valor económico e histórico de los elementos utilizados en la construcción del muro por tratarse de piedras centenarias talladas a mano procedentes de inmuebles históricos derribados del casco. Asegura que sería “una pérdida inasumible que estas piezas puedan perderse en el desmonte, acaben en un vertedero o en alguna propiedad particular”.16

Pero no solo se restringe su actuación al muro. Contemplando
la zona, el número de elementos del PASEO DE SAN TELMO está en
sintonía con el muro blanco que bordea la ermita y el que se
conserva en el Complejo Martiánez, ideado por César Manrique. El
conjunto responde a la filosofía de la estética que el artista
lanzaroteño defendía: integrar el blanco en el paisaje, en el entorno,
y combinarlo con el origen volcánico de las islas, usando piedras y
rocas basálticas. El artista lanzaroteño lo que hace es dialogar con lo
existente. Vamos a ver que nos dicen algunas referencias orales y
escritas.
Husmeando en la hemeroteca de la época se constata que César
Manrique sí dio muestras de intervenir en el actual PASEO DE SAN
TELMO. El columnista de los años setenta del periódico La Tarde,
Pedro Félix de Benito, firmaba como Tin Marín, que mantuvo una
página fija bajo el epígrafe Puerto de la Cruz, en dos columnas, en
su artículo del 24 de septiembre de 1975, afirmaba:
Por cierto, ya que estamos hablando de obras en las calles de la
ciudad, digamos que el domingo tuvimos ocasión de charlar un
buen rato con este artista auténtico e integral que es César Manrique
quien, como se sabe, es el encargado de la ornamentación
y tratamiento del Lago Artificial así como también de la calle
San Telmo y en relación con esta última vía nos manifestó que
en su ausencia de la ciudad se habían hecho allí, o al menos así
daba la impresión de ser, alguna que otra cosilla que no estaba
dentro de las directrices que, para dicho paraje, él había dejado
proyectados. De manera que vamos a ver si se atiende como es
debido al amigo César, que indiscutiblemente sabe de estas
cosas más y mejor que persona alguna.
Iba acompañado César Manrique en aquel momento de Tico
Medina y el arquitecto de la Sala Andrómeda, Fernando Higueras
Díaz, pasando “revista” al lugar.17
Pedro Antonio Fuentes, bajo el título EL LAGO ARTIFICIAL DE
MARTIÁNEZ EN EL PUERTO DE LA CRUZ, del viernes, 22 de abril de 1977,
en el periódico La Tarde, afirma que “La obra realizada en el litoral
de Martiánez se debe al artista lanzaroteño César Manrique, quien a
la vez ha venido tratando otros rincones de la ciudad del Puerto de la
Cruz, como pueden ser el paseo de San Telmo y las actuales zonas
10
peatonales que en el Puerto de la Cruz existen”. Se refería a las calles
Corales, Sargento Cáceres y Aldea que confluyen al paseo.
Ya recién comenzadas las obras del proyecto, el miércoles 28
de enero de 1976, el rotativo El Día publicó un largo artículo de
Pedro Antonio Fuentes, titulado El Paseo de San Telmo del Puerto
de la Cruz, recuperado para los ciudadanos. Es muy ilustrativa la
referencia que hace a la intervención de César Manrique:
Una buena iniciativa del Ayuntamiento esta de reservar para los
ciudadanos de a pie el Paseo de San Telmo, de donde han
desaparecido también las terrazas de los muchos bares y
restaurantes de la zona, que habían prácticamente invadido lo
que desde siempre era del ciudadano.
El viejo pavimento de asfalto por donde circulaban los
coches ha sido sustituido por otro de losas de cemento
hormigonado y el lugar ha sido decorado con piedras rocosas.
La obra de remodelación del paseo se debe al gran artista
lanzaroteño César Manrique, quien ha puesto en la empresa el
sello de su característico buen hacer estético. Jardineras para
palmas tropicales, con bancos redondos y blancos adosados a
ellas, iluminación por medio de unas funcionales farolas
instaladas en el muro que linda con el borde de terraplén, focos
reflectores en los salientes de las rocas. Todo ello ha servido
para convertir el viejo e inhóspito paseo en un lugar acogedor,
donde se oyen todas las lenguas y todos los hombres y mujeres
caminan ajenos a las preocupaciones del tráfico, del ruido y del
peligro de los coches, a los que se ha arrebatado, con la
colaboración inapreciable de César Manrique, un trozo de
ciudad recuperada para los ciudadanos. 18
Según Pedro Antonio Fuentes, la obra de remodelación del
paseo se debe a César Manrique, el pavimento, las palmeras, los
bancos redondos y blancos adosados a ellas, iluminación por medio
de farolas. El lugar fue “decorado con piedras rocosas”, afirma el
articulista. Es evidente que se refiere a piedras basálticas, luego el
muro fue recubierto por “piedras rocosas” o “piedras basálticas”,
según él, por indicación de César Manrique.
Elías Fernández del Castillo, el aparejador del contratista Luis
Díaz de Losada, el encargado de las obras del Lago Martiánez y
remodelación del actual PASEO DE SAN TELMO, que trabajó “codo con
codo” con su jefe y con César Manrique,19 coincide con Pedro Antonio
Fuentes: el alicatamiento del muro es por indicación del artista
lanzaroteño. Aseguró, al periódico Diario de Avisos, “hay detalles que
son característicos de la obra de César. Como el predominio del
blanco, las pérgolas, los jardines y el muro de piedra” y, añade, “yo
hacía lo que él [César Manrique] me decía, seguía sus directrices”.20
11
Fernández del Castillo asegura que César Manrique estuvo en la
obra, en la que Luis Díaz de Losada era el responsable de la contrata,
y aprovechando que se estaba haciendo el Lago Martiánez se
remodeló el PASEO DE SAN TELMO porque estaba en muy mal estado,
apunta el aparejador. Según él, “era una actuación que tenía como
objetivo abrir la zona y ganar espacio para el disfrute de los
ciudadanos. Varios años más tarde se hicieron otros trabajos que no
estaban en el proyecto original, como la rampa para personas con
discapacidad”.
En efecto, como afirma Fernández del Castillo, por todos los
alrededores del PASEO DE SAN TELMO se detectan claros elementos
atribuidos a César Manrique. Todo responde a la filosofía de la
estética que el artista lanzaroteño defendía: integrar el blanco en el
paisaje, en el entorno. Son característicos de la obra de César
Manrique, no solo el predominio del color blanco, sino también las
pérgolas, las jardineras, el muro de piedra y el resalte de elementos
naturales, los bancos, las baldosas, la conexión entre los espacios
curvos y rectos con callaos entre las baldosas, los muros redondos
los elementos escultóricos debajo, incluso intervino sobre el muro
existente, porque César Manrique respeta la singularidad del lugar,
del espacio emblemático de tránsito que es el paseo, y es consciente
de que su muro es parte indiscutible de esa singularidad por lo que
no lo elimina sino lo transforma, lo moderniza. El muro lo recubre de
piedra y resalta los elementos naturales. Incluso el pavimento.
Manrique le planteó a Luis Díaz de Losada que quería un pavimento
de gravas con cemento de color blanco. Eso no se conseguía en el
mercado. El contratista lo fabricó en su taller TUBORD expresamente
para el litoral de San Temo (calles y solarium). El pavimento del
PASEO DE SAN TELMO fue configurado por una solería de
conglomerado blanco y pequeños cantos oscuros, y aún se conserva,
aunque deteriorado en algunas partes.
En septiembre de 2013, la Plataforma Ciudadana Maresía se
trasladó a Lanzarote para poner en conocimiento los elementos
manriqueños existentes en el PASEO DE SAN TELMO a la Fundación
César Manrique, dado su comunicado a través del la prensa local. La
Fundación muestra interés por la alerta y en noviembre visitaron el
Puerto de la Cruz su director, Fernando Gómez Aguilera, y el
responsable del Área de Didáctica, Alfredo Díaz Gutiérrez.
Comprobaron in situ el estado de las obras de César Manrique del
Lago Martiánez y Playa-Jardín y al pasear por San Telmo se percatan
de la existencia de elementos manriqueños en el paseo. De negarlo
en un principio pasaron a considerarlo como muestra de la
intervención de César Manrique.
Como consecuencia, el presidente de la Fundación César
Manrique, Fernando Gómez Aguilera, se dirigió por carta al alcalde
del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, Marcos Brito Gutiérrez, en
noviembre de 2013, para manifestarle su preocupación por el
deficiente estado de conservación de Playa Jardín, equipamiento
12
público diseñado por César Manrique, así como por el proyecto que
se está ejecutando en la actualidad en el PASEO DE SAN TELMO. En el
escrito referido, solicita a la mencionada alcaldía que tenga a bien
“introducir las correcciones necesarias para que tanto el
equipamiento de Playa-Jardín como los elementos existentes en el
Paseo de San Telmo de autoría del artista César Manrique
susceptibles de ser conservados por su valor, se protejan en las
mejores condiciones de disfrute público y continúen enriqueciendo
el patrimonio del consistorio que preside”. Considera, y así se lo hizo
saber al Ayuntamiento, que una sensibilidad abierta a proteger
razonablemente la huella de César Manrique en el municipio, su
contribución creativa a la regeneración de su imagen moderna, es la
mejor manera de mantener viva la memoria del artista.
El 15 de enero Alfredo Díaz Gutiérrez visitó el Puerto de la
Cruz y en la sala Timanfaya impartió una conferencia donde ratifica
la existencia de elementos manriqueños en el PASEO DE SAN TELMO,
expuestos más arriba.
¿Estamos ahora capacitados para responder a la cuestionada
intervención de César Manrique en el PASEO DE SAN TELMO? Vamos
a reflexionarlo.
Cuando en 1971 se presentó el proyecto del Lago Martiánez
con la presencia en la mesa de todos los responsables, con César
Manrique entre ellos, incluso cuando en el Pleno del Ayuntamiento
del Puerto de la Cruz, celebrado el 26 de febrero de 1975, se ratifica
la continuación el proyecto del Lago de Martiánez, se señala como los
únicos redactores de la obra a los ingenieros de caminos Juan
Alfredo Amigó Bethencourt y José Luis Alcina Alemany, por un monto
de 74.561.496 de las antiguas pesetas, no se menciona para nada a
César Manrique. Tampoco en el Pleno de octubre de 1975, cuando se
hace referencia a la ejecución del proyecto del Complejo Turístico [la
Sala Andrómeda] en la isla central del Lago Martiánez, se menciona a
César Manrique como su autor, sino que es obra de los ingenieros
encargados del proyecto. Sin embargo, la obra del Lago Martiánez se
atribuye a Cesar Manrique, incluso la Sala Andrómeda, declarada BIC
y destruida recientemente para instalar el Casino Puerto de la Cruz,
antiguo Casino Taoro. Según, los propios José Luis Olcina Alemany,
Juan Alfredo Amigó Bethencourt y Elías Fernández del Castillo, César
Manrique plasmó su inspirada idea en unos trazos dibujados, en
escasos minutos, sobre una servilleta de papel –como hemos
afirmado– lo que habría de ser la génesis de la obra más relevante en
su género, de verdadero alcance tanto nacional como internacional, y
uno de los principales atractivos turísticos de Canarias y España.
Cuando en el Pleno del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz
celebrado el 30 de julio de 1975 aprobó el proyecto de
pavimentación y acondicionamiento del PASEO DE SAN TELMO, y
encargó para su redacción al arquitecto en funciones, Joaquín Jalvo
Jiménez, y a Francisco Gil, siendo el contratista Luis Díaz de Losada,
13
tampoco en esta ocasión se menciona para nada a César Manrique.
¿Por qué? Porque César Manrique trabajaba para Luis Díaz de Losada.
Éste era el que pagaba los honorarios de Manrique.21 Pero más allá de
los acuerdos económicos apalabrados, les unía una buena relación.
Las obras del litoral de Martiánez y San Telmo las hizo la contrata de
Luis Díaz de Losada y ahí estaba su amigo, César Manrique,
asesorando a su jefe, a su compañero. Eran como uña y carne. Sin
embargo, sí aceptamos que el Lago Martiánez y Playa-Jardín son
obras auténticas de César Manrique, pero no sucede lo mismo con el
PASEO DE SAN TELMO. ¿Qué razón se baraja para negar su autoría?
Según afirmación de Alfredo Díaz Gutiérrez, de la Fundación
César Manrique, Manrique no era arquitecto, no era ingeniero,
simplemente un hombre con sensibilidad que con frecuencia su
modo de proceder en muchas de sus obras era dar ideas sin
proyecto. Era capaz de diseñar una obra como el Lago Martiánez sin
necesidad de proyecto, en una simple servilleta, como idear Playa-
Jardín o plasmar sus ideas artísticas en el PASEO DE SAN TELMO. En
los tres casos intervino el artista lanzaroteño. Llámenlo como
quieran: asesor, comisario, diseñador, director o coreógrafo, pero
son realizaciones de César Manrique. Igual que el Lago Martiánez y
Playa-Jardín son obras de modernidad, orgullo del Puerto de la Cruz.
La transformación del litoral de la ciudad turística con el Lago
Martiánez, Paseo de San Telmo y Playa-Jardín se le debe a César
Manrique. Y el Puerto de la Cruz está en deuda con el artista
lanzaroteño y, por eso, por respeto a su obra y memoria debe
protegerse y conservarse en las mejores condiciones el PASEO DE
SAN TELMO dado sus valores histórico, artístico, paisajístico y
turístico.
Valor paisajístico del Paseo de San Telmo
El otro nivel de análisis es el geográfico y en concreto, la geografía
del paisaje. Sus paradigmas estéticos y paisajísticos son
importantes, pero también diluido en el terreno de la subjetividad y
la sensibilidad, por lo que dotar de valores patrimoniales al PASEO
DE SAN TELMO depende de la sensibilidad de cada persona. Sin
embargo, es mi intención dedicar una particular atención porque
puede ayudar a reconocer aquellos valores patrimoniales y culturales
que también entraña el lugar.
El PASEO DE SAN TELMO es una obra vial heredada del pasado,
producto de la acción humana realizada por nuestros antepasados.
Según María Ángeles Querol, catedrática de Prehistoria de la
Universidad Complutense de Madrid, algo «heredado» –y ese es el
significado real de la palabra «patrimonio»– ya sea de nuestros
padres u obras humanas, tiene que haber al menos una generación
entre quienes lo hicieron y quienes ahora lo vivimos. En este sentido,
14
las obras producidas a lo largo de nuestra historia son los
patrimonios culturales actuales, los elementos patrimoniales. Hay
diversas manifestaciones de bienes culturales o patrimoniales y una
de ellas es el patrimonio paisajístico. La configuración física, social y
humana del PASEO DE SAN TELMO forma parte de un paisaje
singular, muy característic0 del Puerto de la Cruz, que quien lo
contempla desde la perspectiva del Penitente, Punta del Viento u otro
ángulo percibe esa singularidad que justifica su valor patrimonial.
Aún reconociendo que la mirada del paisaje depende del gusto
particular de quien lo contempla, no se puede negar que es un
símbolo de identidad del paisaje marino y urbano de la ciudad. Sus
valores físicos, geográficos, artísticos, pintorescos e históricos, es
decir, culturales, justifican su valor patrimonial. En este sentido hay
que destacar que la reforma del paseo realizada en el año 1976
respetó la conservación del muro histórico.
Uno de los argumentos contemplados para su destrucción en el
proyecto de “MEJORA Y ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN
TELMO”, es que “se trata integrar el paseo marítimo con el mar”. No
es necesario insistir sobre la importancia del mar en el paisaje
geográfico. El mar ocupa un espacio preponderante en las ciudades
de costa como el Puerto de la Cruz. Sin embargo, el paseo se abre al
mar cuando está casi a la misma rasante para contemplar el arenal y
la playa, sentir la orilla como si se estuviera al borde del agua, es
como la “sala de estar”, según el catedrático de Geografía Humana de
la Universidad de León, Lorenzo López Trigal, pero no cuando lo que
hay detrás es una considerable altura. Es más, el muro es tan bajo
que a lo largo del paseo se percibe cercano el mar. Precisamente hay
una tendencia en la arquitectura del paisaje que aboga por
“descubrir” lo que está “oculto”, el mar, en este caso. Uno va
caminando a lo largo del paseo y percibe la presencia del mar con el
muro porque no lo oculta, y detrás de ese muro hay algo que llama la
atención y la tendencia es a mirar para descubrir lo que hay allí. Es
más, el muro no impide ver el mar a lo largo del PASEO DE SAN
TELMO.
El PASEO DE SAN TELMO es un rincón de valor paisajístico que
forma parte de la identidad del Puerto de la Cruz. Es parte del
patrimonio de la ciudad. El PASEO DE SAN TELMO es un área de la
ciudad muy singular y esa singularidad es su belleza, adquirida por
el paso del tiempo y la pátina que ha dejado éste, en las piedras
basálticas que recubren el antiguo muro de mampostería. Por eso es
patrimonio. Si se estandariza, como se pretende hacer con el
proyecto de “MEJORA Y ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN
TELMO”, pierde su belleza, su singularidad, su interés como espacio
único.
El paisaje del litoral de San Telmo se unifica alrededor del
muro histórico. Antes de las obras de 1975 alrededor de una
tonalidad donde predominaba el color blanco de mampostería y a
partir de ese año alrededor de una tonalidad donde predomina el
15
gris oscuro por el predominio de la piedra basáltica. Y, a pesar de
haberse realizado las obras nuevas de la plazoleta del Rey o la bajada
a la arcada del restaurante debajo de la Punta del Viento y ciertas
modificaciones con los nuevos accesos a la zona de baño en absoluto
han afectado negativamente al paisaje del litoral de la zona. Como
afirma Eric Fardel, el paisaje no es un círculo cerrado, sino que se
despliega. No es verdaderamente geográfico más que por sus
extensiones, pero en el segundo plano está el espacio más allá de la
mirada: la sensibilidad. En esa mirada, en el horizonte del litoral de
Martiánez y San Telmo se siente la presencia del muro,
intrínsicamente va unido a la singularidad del paisaje, pero tan
familiar que a nosotros nos parece algo banal, sin importancia.
Es evidente que con el tratamiento de fachadas que se propone
en el proyecto de la Administración acabaría con la huella
individualista –con la complicidad del Ayuntamiento– donde cada
cual dispone de la libertad para realizar obras y fijar carteles en las
fachadas sin criterios, y enriquecería el paisaje de todo el litoral. Al
contrario, la destrucción del muro de piedra basáltica para colocar
uno de acero inoxidable atentaría de una manera irreversible sobre
un paisaje tan singular del Puerto de la Cruz porque este rincón es
parte del patrimonio de la ciudad turística, y cuando una parte del
patrimonio se destruye el daño es irreparable. Por eso, igual que la
ermita y el muro de San Telmo son bienes históricos patrimoniales
que hay que proteger, el paisaje es también un bien de valor a
proteger. El muro ha dominado y domina todo el litoral. Es parte
inimitable porque siempre ha estado, y está presente. Planea sobre él
todo el paisaje. Da sentido a todo lo que rodea San Telmo, desde el
punto de vista el histórico, social y estético, con más razón, cuando
las huellas silenciosas hablan de César Manrique. El paisaje de San
Telmo confirma el pasado histórico del muro. Por eso, es una razón
más para la conservación del muro de San Telmo. Nadie puede creer,
en su sano juicio, que la baranda de acero inoxidable que pretende
sustituir el muro de San Telmo vaya a tener el mismo efecto visual
sobre el paisaje del litoral de San Telmo. Su destrucción ocasionaría
un enorme impacto negativo.
El legado urbano de César Manrique en el litoral San Telmo-Martiánez
Otro aspecto a tratar en el PASEO DE SAN TELMO es su paisaje
urbano, y este no depende tanto de la sensibilidad del que lo
contempla como de la percepción de los elementos existentes en la
calle, la morfología urbana del paseo desde hace cuatro décadas. Está
todo ahí, a la vista. No se necesita herramientas tan sofisticas como
una fina sensibilidad sino solo la percepción directa para saber cómo
es. Puede no ser del gusto de todos, pero está formado por
elementos físicos.
16
A escala de la calle existen elementos básicos de la escena
urbana, huellas de la intervención de César Manrique, cuya
combinación con el conjunto histórico de la garita-ermita producen
un ambiente urbano específico y singular en el paseo. Veamos
algunos aspectos de la huella manriqueña a considerar, sobre todo
los que forman parte del paisaje urbano de la calle. Lo primero es el
predominio del blanco en todo el conjunto ambiental, incluso en el
pavimento de canto del río, que también es blanco, el color de las
casas campesinas lanzaroteñas que Manrique exportó en todas sus
intervenciones “arquitectónicas”.22 Pero aquí todo está determinado
por la ermita y su entorno. Ciertos elementos decorativos son:
-la pérgola en la plazoleta propia de César Manrique. Está coronada
con una pequeña cornisa semiesférica de planta circular sobre un
ancho anillo con una linterna ciega en lo alto, en sintonía con las
formas de la antigua garita de la batería y del Lago Martiánez.
-los bancos cuadrados, blancos en sintonía con la ornamentación de
la calle, que garantiza la conexión entre el PASEO DE SAN TELMO y la
ermita y su conjunto.
-la misma vegetación en el centro de los bancos y parterres base de
palmera canaria, cactus y algo de resto de tarajal, predominante en el
Martiánez histórico, presenta un componente destacado en el
solarium.
-los remates redondos blancos decorativos alrededor de los
alcorques con la vegetación.
-la colocación de callaos entre la conexión los espacios curvos y
rectos para respetar las baldosas.
-el recubrimiento de las rocas y los riscos con hormigón y pintarlos
de blanco, dejando al descubierto parte de ellos para respetar la
piedra.
El número de elementos de claro signo manriqueño en el PASEO
DE SAN TELMO constituye un ambiente singular, único, que
conforma un valor patrimonial del Puerto de la Cruz. Toda esta
riqueza del paisaje urbano manriqueño de la calle desaparecerá si se
ejecuta el proyecto del Cabildo. Esta frialdad, indiferencia y
frivolidad ante una riqueza patrimonial evidente, real y perceptible
por los ojos, no se entiende. Al menos yo no la entiendo. Negar o
cuestionar que los elementos decorativos del PASEO DE SAN TELMO
son de César Manrique, después de confirmado por la Fundación
César Manrique, la hemeroteca de la época y los protagonistas de las
obras, incluso deducible en el estudio del catedrático Fernando
Castro Borrego en su libro sobre César Manrique, no se sabría
explicar.
Pero es más, dichos elementos son similares a los existentes
Playa-Jardín y, sobre todo, en la avenida Colón. Y la similitud entre
ambos paseos hace que pueda juzgarlos, sin equivocación alguna, a
considerarlos del mismo autor: César Manrique. Establezco la
17
comparación entre los dos paseos porque son semejantes y en
absoluto diferentes. Todo es semejante: las pérgolas, las garitas, los
parterres, abundancia de callaos entre los espacios curvos y rectos,
la vegetación y el predominio del blanco. Hasta las empalizadas de
madera que predominan en el resto, alrededor de la ermita, Manrique
lo imita en el Lago de Martiánez y donde pueda. La distinción entre
los elementos decorativos no existe. En Playa-Jardín también se
encuentran abundancia de callaos entre los espacios curvos y rectos,
las pérgolas, la vegetación, el predominio del blanco, el uso de la
piedra basáltica e incluso la cascada de agua con el en Lago
Martiánez.
La eliminación de todas las huellas urbanas de César Manrique
en el PASEO DE SAN TELMO contempladas en el proyecto “MEJORA Y
ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN TELMO” será un agravio
gravísimo al entorno urbano de la calle, al patrimonio artístico y
cultural de la ciudad turística. Hace tabla rasa con todo porque el
entorno del PASEO DE SAN TELMO mantiene una sintonía
estrechísima con todo el litoral urbano-marítimo de la avenida de
Colón, por ser una intervención del mismo César Manrique. Y esto es
también importante desde la perspectiva del litoral de la zona;
empieza en Martiánez, cuando César Manrique decora el frente al
hotel Tenerife Playa, y continúa el trazado específico a lo largo de la
avenida de Colón y finaliza en la Punta del Viento. Todo ese trazado
urbano de color blanco ha sido obra de César Manrique, aunque ha
sufrido ligeras modificaciones, pero se mantiene el blanco, los
bancos y pérgolas en el frente sur del Lago o Complejo Martiánez o
en Playa-Jardín. Siempre se atribuye a él la autoría de las piscinas
pero hay que atribuirle también la decoración de todo su frente a lo
largo de la antigua avenida Colón, y su continuación a lo largo de San
Telmo por indicación del Ayuntamiento.
El tándem es un bien histórico de interés patrimonial porque,
por un lado es obra de César Manrique, y por otra, se inserta en el
tejido de los comienzos del turismo de “sol y playa” en el Puerto de
la Cruz. No se puede aislar el PASEO DE SAN TELMO de su contexto
histórico ni urbano ni artístico. Y las obras artísticas de César
Manrique deben protegerse porque fueron determinantes en la
modernidad social y económica del desarrollo turístico del Puerto de
la Cruz. El frío, monótono, uniforme y estandarizado mobiliario
urbano que pretende realizarse en la calle nunca podrá tener el
mismo encanto, atracción y fascinación que tiene hoy.
Consecuentemente, tampoco tendría el atractivo turístico reinante en
la actualidad.
En el Informe último emitido por la Comisión Insular de
Patrimonio Histórico del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife en
sesión celebrada el día 19 de diciembre de 2013, en relación con el
escrito de fecha 5 de noviembre de 2013, remitido por el director del
Departamento de Historia de Arte de la Universidad de La Laguna,
vuelve a ratificar sus dictámenes anteriores en base a que el proyecto
18
“MEJORA Y ACONDICIONAMIENTO DEL PASEO DE SAN TELMO” respeta
escrupulosamente la normativa aplicable, sin seguir dando
argumentos ni conseguir la unanimidad de sus miembros, pues contó
con la oposición de la profesora Clementina Calero Ruiz, a pesar de
haber participado en el dictamen de dicha comisión, mostrándose
favorable los criterios esgrimidos por la Plataforma Ciudadana
Maresía, así como la preocupación del director del Departamento de
Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, Gonzalo Pavés
Borges y su pleno respaldo a las solicitudes presentadas por la
Plataforma Ciudadana Maresía.
CONCLUSIÓN
Esta es la historia objetiva del muro de San Telmo. Estas son las
razones históricas. Estos son los testimonios orales. En su contra se
levantan las razones políticas, económicas e ideológicas. Las razones
que niegan la historia. La evidencia. Hasta ahora su objetivo era
omitir las pruebas historiográficas expuestas, para justificar la
destrucción del muro histórico de San Telmo. No se apoyan en
argumentos analíticos, ni históricos, sino argumentos simples y muy
antihistóricos. Espero, que a partir de este informe se tome en
consideración las nuevas pruebas documentales expuestas, tantas
escritas como orales, muestra en definitiva de la realidad objetiva del
litoral de San Telmo. Solo desde la ceguera y el discurso vacío se
puede negar la historia y la memoria. No se puede dar la espalda a la
historia expuesta ni a la memoria humana recogida. Por eso, no se
debe destruir el muro ni el mobiliario urbano del PASEO DE SAN
TELMO sino rehabilitarlos para respetar su sentido histórico y
artístico, como se ha expuesto en este informe, la memoria colectiva
de un pueblo y de una isla. La destrucción del muro y el mobiliario
representan una grave agresión a un Patrimonio Histórico o Cultural
(con mayúscula) de la ciudad turística.
POR CONSIGUIENTE:
19
CONSIDERANDO que los relatos expuestos en este trabajo proceden
de fuentes documentales verificables, aunque se considera no son
todas las existentes, sobre el PASEO DE SAN TELMO en el Puerto de la
Cruz.
CONSIDERANDO como ciertos los testimonios de los miembros de la
Fundación César Manrique, Fernando Gómez Aguilera, Alfredo Díaz
Gutiérrez, las declaraciones del aparejador de las obras Elías
Fernández del Castillo y otras persona protagonistas de la
intervención de César Manrique en el PASEO DE SAN TELMO.
CONSIDERANDO que el resultado de la construcción del muro de la
vía es la continuación del parapeto alzado para la adaptabilidad del
PASEO DE SAN TELMO que comunicaba la batería de San Telmo con la
calle de Santo Domingo en el siglo XVIII.
CONSIDERANDO que la documentación y razones expuestas verifican
el carácter histórico del muro longitudinal que atraviesa el PASEO DE
SAN TELMO.
CONSIDERANDO que en las reformas en el PASEO DE SAN TELMO
realizadas en el años 1976 se respetó la presencia del muro
histórico.
CONSIDERANDO que el actual revestimiento de piedra basáltica del
muro del PASEO DE SAN TELMO es idea y sugerencia de César
Manrique.
CONSIDERANDO que en el análisis detallado de los argumentos
expuestos
existe la intervención de César Manrique en la plazoleta construida
en el
naciente del muro del PASEO DE SAN TELMO.
CONSIDERANDO que en el análisis detallado de las características
del mobiliario del PASEO DE SAN TELMO se perciben la evidente
huella de César Manrique.
CONSIDERANDO que la existencia de huellas en el PASEO DE SAN
TELMO del
artista lanzaroteño César Manrique es todo un reclamo cultural y
turístico para el Puerto de la Cruz.
CONSIDERANDO que al contemplar el carácter histórico muro del
PASEO DE
SAN TELMO es una huella del paso del tiempo que adquiere bien
patrimonial a conservar.
CONSIDERANDO que en el actual PASEO DE SAN TELMO existe una
vegetación a
base de palmeras canarias en sintonía con el paisaje urbano y rural
del
lugar y de Canarias en general.
20
CONSIDERANDO que los elementos del paisaje urbano, mobiliario y
entorno
del PASEO DE SAN TELMO hasta la playa de Martiánez es propio de la
estética manriqueña que la hace singular y, consecuentemente, único
en la intervención de César Manrique.
CONSIDERANDO que entre el PASEO DE SAN TELMO, la garita de la
antigua batería y ermita de San Telmo y la zona de Martiánez forman
un conjunto estilístico unitario que integra vegetación, arquitectura y
paisaje.
CONSIDERANDO que es una variante del paisaje urbano y marino
único de Canarias por su forma y estética.
CONSIDERANDO que después del Informe último emitido por la
Comisión Insular de Patrimonio Histórico del Excmo. Cabildo Insular
de Tenerife, en sesión celebrada el día 19 de diciembre de 2013, han
salido a la luz nuevas aportaciones escritas y orales sobre la
participación de César Manrique en el conjunto del PASEO DE SAN
TELMO.
CONSIDERANDO que en Comisión Insular de Patrimonio Histórico del
Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, no hay unanimidad sobre este
tema tan delicado desde la perspectiva patrimonial y artística.
POR TODO ELLO, considero que las pruebas expuestas son
suficientes
para considerar el PASEO DE SAN TELMO un bien de gran valor
patrimonial,
de interés paisajístico urbano y marítimo, además de cultural del
Puerto
de la Cruz, y consecuentemente se proceda a su conservación,
realizándose solo las necesarias obras para su mantenimiento,
saneamiento y tratamiento de fachadas, respetando la idiosincrasia
del lugar y su carácter histórico, en aras a conservar el pasado
patrimonial del Puerto de la Cruz, y evitar ser sustituido por uno
nuevo de carácter estándar, corriente y sin personalidad.
POR LA MISMA RAZÓN, considero que las pruebas expuestas son
suficientes
para considerar el PASEO DE SAN TELMO un bien de gran valor
patrimonial,
de interés paisajístico urbano y marítimo, además de cultural del
Puerto de la Cruz, y consecuentemente se revise las decisiones
tomadas por ahora de los diferentes organismos de la
Administración y se proceda a abrir el expediente administrativo
oportuno para que el PASEO DE SAN TELMO sea considerado un Bien
de Interés Cultural (BIC) según los criterios de las leyes vigentes.
21
ASÍ MISMO, se proceda a la rectificación del Catálogo de Bienes de
Interés Cultural a conservar en el Puerto de la Cruz, elaborado por el
Gobierno de Canarias en el Decreto 65/2006, del 23 de mayo,
publicado en el BOC Nº 111, del viernes 9 de junio del 2006, en la
medida en que ha quedado antiguo, a la luz de los nuevos aportes
documentales, para dar cabida al PASEO DE SAN TELMO como BIC.
NOTAS
1 PINTO DE LA ROSA, José María. Antiguas fortificaciones de Canarias. Museo Militar Regional de
Canarias. 1996. p. 622.
2 VIERA Y CLAVIJO, José de. Noticias de la Historia General de las Islas Canarias. Ed. Goya
Ediciones. 6ª Ed., 1971. p. 309.
3 R.P.P.C. T 28 fº 70.
1 ÁLVAREZ RIXO, José Agustín (1994). Anales del Puerto de la Cruz de La Orotava /1701-1872).
Cabildo Insular de Tenerife/Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Santa Cruz de Tenerife. p. 81.
5 BARROSO HERNÁNDEZ, Nicolás (1997). El Puerto de la Cruz. La formación de una ciudad.
Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. p. 33.
6 ÁLVAREZ RIXO, José Agustín (1994). p.150.
7 PINTO DE LA ROSA, J. M. 1996. p. 624.
8 El Día, 28-1-1976.
9 A.M.P.C. Libro de Actas, 1975/1976. p. 70
10 Declaración de Rafael Prat Díaz de Losada, viernes 15 de febrero de 2014.
11 Ibídem.
12 Para una exhaustiva información sobre la obra de César Manrique en el Puerto de la Cruz, véase el
libro El turismo en el Puerto de la Cruz, a través de sus personajes, de Nicolás González Lemus y
Melecio Hernández Pérez (Escuela Universitaria de Turismo Iriarte, 2010).
13 Declaraciones de Elías Fernández del Castillo (8-VIII-2013 y Rafael Prat Díaz de Losada (14-II-2014)
14 CASTRO BORREGO, Fernando (2009). César Manrique. Gobierno de Canarias. p. 110.
15 Hoja del Lunes, 10-11-1975
16 D. A. Jueves, 5-12-2013.
17 La Tarde. 24-IX-1975.
18 El Día, 28-1-1976.
19 Prat Díaz Losada, Rafael. Carta 4-9-2013.
20 D.A., sábado10 de agosto de 2013.
21 Declaración de Rafael Prat Díaz de Losada, viernes 15 de febrero de 2014.

22 Véase, CASTRO BORREGO, Fernando (2009). César Manrique. Gobierno de Canarias.

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